lunes, agosto 10, 2009

Revista Filipina (Tomo VII N° 3 Invierno 2003-2004)




REVISTA FILIPINO (ISSN 1496-4538)
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Una Revista Trimestral de Lengua y Literatura Hispanofilipina
Tomo VII N° 3 Invierno 2003/04
Director: Edmundo Farolán
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POETAS HISPANOFILIPINOS
E. Farolán


En los últimos años del s. XX, surgió una nueva generación de poetas filipinos en castellano, influidos por los poetas vanguardistas del mundo. Estos poetas conocen a Pablo Neruda, Jorge Luis Borges, Gerardo Diego, Octavio Paz, Jorge Guillén, Pedro Salinas, Federico García Lorca, T.S. Elliott, Cummings, S. Beckett, etc.

Además del castellano, estos poetas escribieron y siguen escribiendo en otros idiomas, inglés en particular, algunos en francés, y otros en los idiomas filipinos como el tagalo, cebuano, ilonggo, e ilocano. Escriben en varios estilos y temas; del verso libre y prosaico, a las métricas tradicionales ; de temas surrealistas, dadaístas y de protesta, a temas realistas, religiosos, y pacíficos. Escriben en el estilo vanguardista, pero vuelven a los clásicos en forma y contenido, tomando los temas y los estilos literarios de los clásicos castellanos: Quevedo, Valle Inclán, Góngora, Santa Teresa de Jesús, Jorge Manrique, Garcilaso de la Vega, etc.

En la poesía de Federico Espino Licsí, Romance de la Cita Desdichada, vemos un ejemplo del romance tradicional donde el poeta utiliza los temas de honor y venganza en el contenido poético, pero utlizando un escenario filipino donde estos temas llevan relevancia. Es un romance, diríamos, más contemporáneo, más gráfico, mucho más corto, donde el poeta usa las imágenes poéticas de la flor para referir al instrumento sexual-- cortado de su cuerpo, una rosa que pierde su vida, una rosa que "sangra en el suelo,/sin pétalos, sin espinas."

Espino Licsí concentra sus poemas en el romanticismo tradicional, y produce sus poesías con la disciplina del verso tradicional. Escribe en inglés, español, y tagalo, y fue premiado varias veces con el prestigioso Premio Palanca de Literatura en Filipinas.

He aquí el romance:

ROMANCE DE LA CITA DESDICHADA

Sigue el viaje de la Luna.
Sigue la secreta cita.
Mozuelo alto, moza baja
y un verde rumor de brisa.

Arde el mozuelo fornido
hundido en la íntima sima,
el pez de su amor cambiando
en una rosa encendida,

y la Luna pudorosa
quiere esfumarse de prisa.
En el silencio sangriento,
¡Qué meloso es el descanso

cuando la flor se marchita!
De repente, tres mozuelos,
hermanos de la mocita,
con fríos cuchillos entran
en el lugar de la cita.

Es ágil la venganza
en la selva filipina
y mientras la Luna asoma
tras las nubes blanquecinas,
la rosa sangra en el suelo,
sin pétalos, sin espinas.


Gullermo Gómez Rivera, por otro lado, fue y sigue siendo el quijote del grupo, el batallador para la sobrevivencia del español en Filipinas. Escribe en inglés, español e ilonggo, y fue coronado Príncipe de los poetas ilonggos. Escribió tres libros de gramática, varios ensayos en defensa del español en Filipinas, una obra de teatro El Caserón, y un libro inédito de poesías. Fue otorgado el Premio Zóbel de 1975 y en 1984, ingresó como miembro de número en la Academia Filipina. Hoy día es el director del semanario, Nueva Era, uno de los dos semanarios en español publicado en Manila, el otro siendo Nuevo Horizonte.

GLORIOSOS RECUERDOS

Al recibir de la compilación de poesías
Del Dr. Hilario Ziálcita y Legarda
El 12 de octubre, 2003, en Makati
Metro-Manila

Sus apellidos suenan como claves
que abren calles y casas distinguidas
en el barrio quiapense… Son las naves
de unas almas que se alzan hendidas

con versos castellanos que, cual aves,
van y vienen en páginas henchidas
de gloriosos recuerdos que enriquecen;
o de antiguos ideales que ennoblecen

Esa es la sensación que las poesías,
de este poeta, me dan al comprenderlas.
Tienen, del ayer, dulces melodías
que se desgranan como grandes perlas

de un vistoso collar y las visiones
de unos enamorados corazones.

Testimonian el bien que hemos perdido
por desidia, flaquesa y cruel olvido.


EN PLENO DOS MIL TRES: DÍA ESPAÑOL

"¿Qué amor no ha vuelto?…"--Manuel Bernábe.

Un recuerdo para Javier Galván, José María Pons,
Juan y Carlos Madrid en la Manila del X-18-2003..

¡Es octubre en Manila! Y nos vamos,
en pleno dos mil tres, a celebrar
con España su día. Cohetes, ramos
y risas en Intramuros… ¡Bailar!

Con mis viejos alumnos de español,
con mis bellas alumnas de flamenco,
con mis nietas, con mi hija que es un sol,
con mi mujer, formamos un elenco

de amantes de ese sueño que es España;
de esa gloria que, igual lo es España.
Y están Javier, José y Carlos, almas
de nuestra España actual, que significan

continuidad, primicias, nuevas palmas,
que, camino al futuro, nos invitan
a volver a sentir lo que será
el amor español que volverá.


Edmundo Farolan Romero publicó su primer libro de poemas, Lluvias Filipinas, en Madrid en 1967. Este libro ganó el Premio de Poesía Colegio Mayor de Guadalupe. Publicó en Manila, cuando volvió en 1975 , otro libro de poesías, pero en inglés, The Rhythm of Despair. En 1981, su segunda colección de poesías en español, Tercera Primavera, fue publicada en Bogotá, y fue ganador del prestigioso Premio Zóbel en el mismo año. Ingresó como miembro de número de la Academia Filipina en 1983. En 1994, publicó en Toronto otro libro de poemas en inglés y francés, Oh, Canada!, una colección de poesías escritas en Canadá. En 2000, publica en el internet sus 2000 Versos y sus Nuevas Poesías publicadas recientemente en Guirnalda Polar. Le influyeron mucho, en sus poesías juveniles, los siguientes poetas: Federico García Lorca, Rubén Darío, Octavio Paz, y Pablo Neruda. Estos días, está metido en lecturas de los místicos: Santa Teresa de Ávila, San Juan de la Cruz, la Biblia y el Kor'an.

He aquí una poesía nueva que acaba de escribir:

POEMA 2003

ante todo
en el consciente
de cada milagro
hay que descifrar
descifrar
discernir
discernir la lluvia
la nieve
el sol de cada día
el conflicto
la tristeza
la angustiosa soledad...

invierno
invierno
me levanto
con la triste mañana
de los antaños orgullosos...
ahora en mi vejez
despojado de todo orgullo
me arrodillo en mi pobreza
para pedir perdón de los seres humanos
y del ser divino.


Otros poetas en este grupo vanguardista son: Ángel Estrada, que combina verso libre y rima en sus poemas; Gilbert Luis Centina III y G. Burce-Bunao, ganadores del Premio Palanca en inglés, y ambos influidos por la escuela surrealista. He aquí ejemplos de sus obras poéticas:

MUJER AUSENTE
Ángel Estrada


Dímelo,
tú, dímelo, blanca
espuma viajera.

Dímelo,
dímelo tú, lanzada
de Sol en la ventana.

Dímelo, alondra
rezagada
que bordas por los aires
caminos para mi alma sola:

Dímelo, yedra lenta
por mis venas;
¿por qué, con tu lógica rara
es hoy que sólo extrañas
su corza mirada de tristeza?

Decídmelo, yedra y alondra,
Sol y espuma,
¡decídmelo ahora!


BECERRIL DE CAMPOS
Gilbert Luis Centina III


Aquí, el vino aproxima a la sangre.
La uva es vid, ausencia de las hojas
Y el tiempo. Un hermano del trigo.

Cuando la divinidad es soledad.
Titilan tus ojos: ¡noche!
Te suenas la nariz, y los cuervos
Vienen brincando entre dos luces.
No busques palmas en Becerril.

No hay vacas sagradas en Becerril--
Sólo corderos tímidos que lamen
El sudor salado de tus dedos.
Quien sueña con los bambúes
Debiera ser ciego. Mira.
Los advenedizos sienten frío.

Becerril:
Campos y tierra.
Y mucho azul.


INVITACIÓN A UNA JAULA
G. Burce-Bunao


Recuerdo que me dijiste:
Para amar no son necesarios
la sortija y el velo.
Pero ahora me dices:
Cansado estoy del nido,
ámame en la jaula,
en la jaula del matrimonio.


Un poeta que ha surgido en los últimos cuatro años es Edwin Agustín Lozada, profesor de español en California, EE.UU. Publicó dos libros de versos, Sueños anónimos (2001) y Bosquejos (2002). He aquí una poesía de su nueva colección, Sampaguitas:

LA DAMA EN BLANCO

Desde Zamboanga hasta Aparrí
en una noche tibia y quieta
en la soledad de las calles
desérticas y adormecidas
por la vieja calzada muda
y entumecida que atraviesa
campos de arroz, pueblos dormidos
a la hora encantada cuando
ya se han esfumado los rastros
de la luz del sol y la bulla
vertiginosa de los mil
negocios y ruedas y escándalos
deseos, clamores del día
a la hora encantada cuando
por fin sólo se oye el suspiro
sinuoso y continuo del mar
y
la monotonía del parloteo
de los grillos
caminas
gotas de la lluvia lunar
trazan sombras sobre la tierra
allí viene una carretela
eco de la tarde ya antigua
interrumpe por un instante
el silencio onírico del camino
galop, galop, galop, galop
se desvanece
es la hora encantada
una bandada de pájaros negros
silenciosa y apresuradamente
se deslizan por el cielo
como nubes afligidas
que huyen, huyen
caminas
un soplo leve de aire te acaricia
rumor del mar
grillos
tus pasos
cada vez
más inaudibles
le silbas
a la media luna
brisa
perfume
melancolía inexplicable
volteas la cabeza
hacia atrás
nadie
caminas
dejas de silbar
tus pasos
ya inaudibles
tu corazón
ecos de la carretela
galop, galop, galop
la luna te mira
de soslayo
brisa
perfume
al otro lado de la calzada
en la dirección contraria
a la tuya
aparece caminando
hacia ti
una figura borrosa
ah, una dalaga
bella
vestida de blanco
casi radiante
cabello largo
se acerca
hacia ti
pero no llega
camina
pero no llega
¿te habla?
Sí, algo
te está diciendo
pero no la oyes

¿Qué colores escondidos llevarás
detrás de la blancura profunda
y enigmática de tu vestido
que suave y calladamente
se mueve y se estremece
al compás de la brisa nocturna
impregnada de un frágil tesoro
de tiernas flores blanquecinas
de la dulce kalachuchi?

Siento un escalofrío recorrer por todo mi cuerpo y alma
y es la frialdad de tu ataud impuesto y fabricado
de mentiras nacidas de codicia, cuchillos
y sangre que bulle de ignorancia.
Te enterraron.
Te enterraron los nuevos extranjeros y hasta
algunos a quienes en otra época
te dignaste llamar "hermanos"
ayudaron a cavar para crear
tu forzada sepultura
para sofocarte viva
quitarte tu último aliento
pero te escapas
por la noche cuando nadie vigila
vuelas con el hálito de la luna misericordiosa
con los susurros de las mil lenguas
de los pias y las acacias
de los altos tamarindos y los mangos
que acompañan estos caminos
vas en busca de tu hogar perdido
tu silencio lo dice todo
pero nadie te entiende
ya nadie te comprende

Ano ba ang gusto mong sabihin?
Inya ti kayat mo nga ibagá?
Cosa tu quiere decí?
Oh, Dama en blanco, ¿qué buscas,
qué deseas?
¿Qué dolores y penas se mecen
dentro de tu alma desolada?

Por fin
se te acerca
la bella dama en blanco
te ofrece la mano
te estremeces
y de repente
desaparece

la luna se cubre
de nubes grises
se oyen tus pasos
vuelve el canto del mar
el parloteo de los grillos
el arrullo de los árboles
el recuerdo de un perfume
y la desolación alba
de lo que hubiera sido.

Oh, viajero, si por la noche
te encuentras por estos caminos,
recuerda que por aquí caminando
sigue todavía la dama en blanco
en busca de su hogar perdido.


Hilario Ziálcita Legarda nació en Manila el 3 de noviembre, 1913. Cursó gran parte de sus estudios en el Ateneo de Manila, escuela de los jesuitas. Obtuvo su doctorado en medicina en la Universidad de Santo Tomás cuando todavía se enseñaban los cursos en español en esta universidad. Se especializó en radiología en la Universidad de Michigan en Ann Arbor, Michigan, EEUU y organizó el departamento de radiología en el Chinese General Hospital de Manila y el Philippine Radiological Society. Fue consultor en radiología del United States Veterans Administration. En su jubilación, volvió a su afición de joven - escribir versos en castellano. Se recopilan sus poesías en un libro que se publicará pronto.

LA NAO DE MANILA

Ya se va esa Nao de Manila,
Esa Nao que se lleva mi amor,
Una flor que en sus labios destila
Elixir de fragrancia y DOLOR.

Corazón dolorido que llora
Por la dulce extranjera que se va
Aunque diga mi amada que me adora
A su tierra pergrina se irá...

Desdichado que soy me consuelo
Contemplando la vista en redor,
El fantàstico lienzo del cielo,
Y los cambios a granel de color.

Son destellos prismáticos que alumbran
Cielo tornasolado sin igual,
Que a los ojos mortales deslumbran
Por su grande belleza irreal..

Cielo caleidoscópico que encierra
La pantalla cinemática de color...
Donde sombras quiméricas de la tierra
Fantasean con magico ardor...

Cuando el dia atardece inquietante,
Cuando el sol se desangra al morir
Sigo errando en busca de mi amante
Suspirando sin afán de vivir.

Va arrancando un suspiro de mi aliento
Cada legua que se aleja de mí
Esa Nao que se lleva por el viento,
Que enrojece en la mar carmesí...

Recargado de rico tesoro
De la China, de la India y del Japón
Con brocados de plata y de oro,
Perlas, prendas. de mucha atracción.

Corazón dolorido que llora
Por la dulce extranjera que amé...
Aunque diga la INGRATA que me adora
A su tierra peregrina SE FUÉ...

"Ya me muero en mortal desconsuelo"
Gime el enamorado que soñó...
DESQUICIADO es el hombre en su duelo
Que por vana ilusión desveló.


LEYENDA MANILEÑA

Se cuenta de la madre España
Donde esta leyenda empezó
Que más tarde cosa extraña
En Filipinas terminó.

Dos jovenzuelos que se amaban
Forjaban sueños sin acabar
Que por lo visto no se hartaban
Ni se querían despertar…

Despertar de un sueño querido…
Fantaseando por no dormir…
De un primer amor vencido…
Por el romance a descubrir…

Y llegó el cruel desaliento
Que no se podian casar
Por conflictos de aquel momento
Y lo querian olvidar.

Al ver su intención fallida
El, de buen fraile se metió
Y en pos de vida recojida
A Filipinas se marchó.

En Intramuros en un convento
Viviendo en místico candor
Fue para monjas al momento
Su buen logrado confessor.

Por una rara coincidencia
De religiosa ella se metió…
Obedeciendo a su conciencia
En Filipinas se encontró.

También allí en Intramuros
Fue la monja a permanecer
Sin saber que en otros muros
Ella le pudiera sorprrender.

Qué suerte para los enclaustrados
Al irse la monja a confesar
Al reconocerse exaltados
Decidieron pronto escapar!

Tomaron decisión arriesgada…
Pues habian obstáculos que evadir
La muralla alta bien guardada
Y corredores que escurrir.

Pues ella en carabao montada
Y él cabalgando en potro veloz,
Corriendo en marcha acelerada,
Urgiendo prisa en alta voz..

Sabiendo el Corrcgidor lo ocurrido
Actuando pronto con decisión
Fue a paso rápido sostenido
A perseguirles sin dilación.

En la amplia playa de la bahía
Se fueron pronto a cabalgar
A tiempo que el maremoto venía
Que los vino a enterrar.

Allí se fueron transformando
En islas llamadas después
"La Monja" y "El Fraile" recordando
Su narración con interés.

El sitio en donde se enterraron
Por Mariveles se conoció,
"El Carabao"y el "Caballo"se llamaron
Los animales que les cargó.

El Corrector que en loca carrera
Fue su tenaz perseguidor
Hundióse allí en la isla
Que se llamó "Corregidor."

Allí se les ve en pleno dia
Allí arrullados en la mar,
En un remanso de la bahía
Se quedan para descansar.

Recreando en la puesta del sol…
En el fulgor del arreból…


Elizabeth Medina es una poetisa que emigró a Chile después de casarse con un chileno, y hoy vive en Santiago de Chile con sus dos hijos nacidos allí. Escribió los siguientes libros: Rizal According to Retana, Becoming a Filipino: A Journey from Alienation to Identity, Through the Lens of Latina America: A Wide angle View of Philippine Colonial History, y Messages from Chile: Essays and Poems on Country and Self.

VIVO EN LA PALMA DE SU MANO

esto ya lo comprobé
Y Él o Ella -lo mismo da- me eleva
sobre el infierno, el abismo
de los pantanos de tristeza, de los naufragios
de mi ilusión.

Porque aunque no lo creas, yo también
me saqué la mugre
sacudiendo las alas
por no caer, por no caer
y si caí, por levantar el vuelo
una vez más
aprendí que el ser humano
no puede subir al cielo
sin conocer el infierno
y elegir, con su libertad.


MI VIDA ES IRRISORIA

Un chiste grave
Un funeral alegre
Hazaña aburrida, repetida
Suceso original nunca antes visto

Soy la hazmerreír del país
de la ciudad, del vecindario
el mendigo del pueblo
el pariente pobre
la huasa de la fiesta en la embajada
la que no tiene donde caerse muerta
la mosca sin basura
la piedrecilla que rueda
y rueda y rueda
sin musgo agarrar
hasta caer en el río bravo
y arrojarse a la mar

Y así y con todo,
esto fue fríamente calculado.


Derechos reservados 2003 Elizabeth Medina

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