lunes, agosto 03, 2009

Revista Filipina (Tomo V N° 1 Verano 2001)



NOTA IMPORTANTE: Como he dicho el 31 de julio, Tomo V No. 1 estaba perdiendo. Pero no más porque el Sr. Farolán me envió anoche este tomo que estaba perdido. Abajo reproduzco el dicho tomo...

REVISTA FILIPINA (ISSN 1496-4538)
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Una Revista Trimestral de la Lengua y Literatura Hispanofilipina
Tomo V N° 1 Verano 2001
Director: Edmundo Farolán
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Editorial | por Tony P. Fernández
La literatura filipina como víctima de un genocidio idiomático | por Guillermo Gómez Rivera
Ang mga Insulares at Peninsulares: una glosa lingüística respecto al proceso de desafuero contra Erap | por Jack Schnabel
El fracaso del español y el éxito del inglés en las Filipinas: dos sistemas diferentes de planificación lingüística | por Nick Redmond
Academias: España aportará recursos a las demás academias de la lengua | Unidad en la diversidad
La Historia del Premio Zóbel | por Tony P. Fernández
Homenaje a Presidente Diosdado Macapagal | por Guillermo Gómez Rivera
Las Dalagas Filipinas | por Claro M. Recto
España y Filipinas | por Juan Luna



Editorial | El Círculo Hispanofilipino: ¿Vincula O Separa?
por Tony P. Fernández


Soy uno de los miembros del Círculo Hispanofilipino desde que éste se formó hace unos meses a través del Internet por el Hispanista alemán don Andreas Herbig, un hombre de negocios que reside en Berlin.

Aunque no soy un experto en linguística, me gusta leer las noticias sobre la situación actual del idioma español en Filipinas y las polémicas que a veces surgen entre los miembros del Círculo.

A través de lo que observo y de lo que leo, el Círculo Hispanofilipino ha abierto un gran panorama o un torrente de ideas y opiniones, asi como diferentes posturas sobre el español, desde apreciativas hasta despreciativas. Y he leído opiniones a favor de preservar y promover el español; otros en su contra.

Esto es normal. Ante el nuevo poderío del Internet no podemos evitar que siempre lleguen al Círculo mensajes cargados de ideología y de críticas. Pero si bien esto es normal, yo no estoy de acuerdo que el Círculo sea el foro de largas e innecesarias polémicas que más bien pertenecen en las aulas de nuestras universidades o a nuestros historiadores.

Tenemos ya la prueba de esto desde que se actualizaron por la red o Internet la CIREF (Cruzada Internacional por la Reivindicación del Español en Filipinas) por don Ramón Terrazas Muñoz de México, y Los Indios Bravos (www.los-indios-bravos.com/CIREF). Este último a cargo de José Lagmán de Toronto, Canadá.
Con el lanzamiento de estos portales de acceso al web se intensificaron, como ya dijimos, los debates y varias posturas en torno de la lengua española en Filipinas.
Por lo general, en estos debates se nos presenta la situación actual del español y las diferentes causas sociolinguísticas de su progresiva desaparicion en Filipinas en unas cuántas décadas.

Dicho lo anterior, es de lamentar, que algunos de los miembros del Círculo, comenzaron a entablar polémicas entre ellos sobre el español, ignorando el objetivo primordial o meta final de nuestro grupo, que es buscar las mejores estrategias de cómo podemos lograr el mantenimiento de la lengua española en Filipinas que todos reconocemos como lamentable.

En las susodichas polémicas, vino el caso que alguien se quejó y se sintió ofendido acusando al grupo que no aprendía nada por pertenecer al Círculo Hispanofilipino y se apartó enojado de nuestro grupo. Qué pena que esto haya ocurrido.

Aunque no fuese la intención de nuestros miembros, al entrar en polémicas innecesarias desde la tribuna del Círculo Hispanofilipino, éstas polémicas no resolverían muchos problemas que ocurren para promover el castellano en Filipinas, como por ejemplo, lo que menciona D. Guillermo Gomez Rivera, sobre la no implementación o ejecución del Párrafo 7, Sección 7, Artículo XIV de la actual Constitución Filipina que ordena lo que sigue: "El español y el árabe se promoverán (se enseñarán según el tribunal supremo) de forma electiva y a voluntad."

El Sr. Gómez y los miembros de nuestro grupo hemos escrito por correo eletrónico a la Presidenta Gloria Macapagal-Arroyo para pedir a S.E. que ordene a la Comisión de Alta Educación (CHED) bajo su oficina que incluya en el programa universitario de estudios un curso de lenguas extranjeras, con un crédito de 12 unidades, en uniforme cumplimiento y ejecución de dicho Párrafo 7 de la Constitución.

Ante esta cuestión, hay diferentes estrategias para persuadir al gobierno filipino. Una de ellas es enviar un torrente de mensajes a los líderes filipinos a través de los medios masivos de comunicación para cumplir con la ley y precisar la utilidad del español ante la actual mundalización del comercio y la importancia de esta lengua por nuestro patrimonio cultural.

Al mismo tiempo, no debemos recalcar el lamentable pasado, repitiendo y repitiendo el fracaso del español en Filipinas y el rencor contra los Estados Unidos por la implantación del inglés en Filipinas, pues, éstas pertenecen a nuestra historia. Lo que debemos hacer es recalcar la España moderna y la vitalidad actual del idioma español en toda Hispanoamérica. Por eso me pregunto por qué los detractores del español en Filipinas, quieren borrar del mapa la lengua española sin pensar que los Hispanohablantes somos una comunidad o cerca de 500 millones de personas (datos de la UNESCO).

Lo mismo podría decirse sobre la comunidad latina en los EE.UU. El español nos une como comunidad. Y nos vincula con esa comunidad de la que formamos parte, la que atraviesa continentes, gracias a una lengua común: el español.


La literatura filipina como víctima de un genocidio idiomático
por Guillermo Gómez Rivera


[Además de los escritores filipinos en español, el artista nacional para la literatura, Nicomedes 'Nick' Joaquín, también señala que la pérdida del idioma español por parte de los escritores filipinos en inglés les ha enajenado de la verdadera tradición literaria de su patria.]

Se ha querido determinar cuál fue la verdadera literatura filipina, pero los que se habían propuesto hacer esa determinación nunca supieron, o no quisieron, dar la correcta respuesta.

Hubo, sin embargo, una exepción en el escritor Nicomedes 'Nick' Joaquín, -- el mejor de entre los pocos filipinos que han escrito y escriben en inglés por el que muy justamente el entonces Presidente F.E.Marcos le proclamó artista nacional filipino en literatura.

Nick Joaquín se distingue además por su acertada valoración de la historia, la cultura y la identidad nacional del pueblo filipino. Y se ha distinguido también por su coraje en decir la verdad en cuanto al dañino resultado que ha causado la intervención del WASP usense en la literatura nacional filipina, --que es el alma nacional del filipino, según él. La intervención del White anglo saxon Protestant usense consiste en el innecesario, por forzado y obligatorio, cambio de idioma en Filipinas,-- del español al inglés.

Este tema nos lo abordó Nick Joaquín en diciembre de 1956 cuando escribió un prólogo a la traducción al inglés, que él mismo hizo, de la comedia "Sólo entre las sombras" de Claro M. Recto. Escúchemosle:

"Lo que el drama (Sólo entre las Sombras) decía, según los favorecedores de Recto (Claro M.), era una combinación de las corrientes culturales entonces en conflicto, la vieja (hispana) y la nueva (WASP usense), a través de la atemperación de lo moderno con los ideales clásicos de la educación, -- una síntesis de las tradiciones hispánicas y anglosajonas."

"Desgraciadamente, como todos sabemos ahora, eso no fue lo que sucedió. Nunca se intentó una síntesis; ni siquiera se estimuló una coexistencia (de los idiomas español é inglés).

"En resumidas cuentas, una cultura fue totalmente descartada mientras que la otra fue totalmente adoptada. Y aunque los defensores de Recto no lo sabían, todos los escritores que lo hacían en español, de hecho estaban luchando por su supervivencia."

"Tal como ocurrió, Recto fue el último escritor de importancia en la linea directa de sucesión desde Rizal --'una verdadera rama del Gran Árbol', según expresión de Varona-- porque de seguro, ni el más nacionalista entre no los que escribimos en inglés, puede sostener que los escritores actuales, bien sea en inglés o tagalo, pueden vincular con Rizal su linaje literario. De hecho, es muy probable que la única razón por la cual los libros de Rizal no han caído en el olvido como los de Guerrero y Apóstol es por el hecho de que Rizal es nuestro héroe nacional."

"Pero, aún a pesar de ser tal héroe, solamente lo conocemos en traducción, siendo el originario José Rizal un perfecto extranjero para nosotros los que escribimos en inglés o tagalo. Y, para colmo de males, un extranjero ya muerto.

"Nada podría ser tan banal como discutir y polemisar sobre 'lo que pudo haber sido". Pero, supongamos, aunque fuese tan sólo por un momento, que nunca hubo una ruptura cultural, una solución de continuidad en aquella hispana cultura filipina; supongamos que la literatura desarrollada por Rizal y Recto hubiera continuado desarrollándose hasta en el tiempo presente, -- y no hay duda de que hubiese continuado desarrollándose si tan solamente los norteamericanos no se hubieran quedado con nuestro patrimonio nacional."

"En ese caso, aquéllos que repiten ese dicho vulgar de que los filipinos progresaron mucho más en los primeros cincuenta años bajo la tutela norteamericana frente a los tres siglos como provincia española de ultramar, son gente que no entienden, ni captan, el punto esencial de nuestra historia en lo más mínimo."

"Pues, tal era el impulso de la revolución y del movimiento intelectual a la vuelta del siglo pasado que con, o sin, norteamericanos en Filipinas, las primeras décadas de este siglo por fuerza tenían que ser tiempo de grandes y portentosos avances entre los filipinos.

"Podría ser verdad que la insolicitada ocupación norteamericana algo contribuyó en acelerar nuestra supuesta modernización y nuestro desarrollo político camino hacia la posible trampa de un nuevo imperialismo cultural y económico, pero a cambio de esas pocas y supuestas aceleraciones, fue la misma presencia norteamericana la que terminantemente impidió el completo florecimiento de la tendencia cultural filipina representada por José Rizal y los otros ilustrados, una tendencia que pudo haber conducido a una más rica y más autónoma cultura filipina que la actual anglosajona que, querrámoslo o no, tuvimos que arbitrariamente aceptar."

"El cambio de idioma, del español al inglés, es un golpe mortal a nuestro crecimiento cultural. Nuestro desarrollo cultural sufrió, --y todavía sigue sufriendo-- un daño al parecer irreparable puesto que la literatura es el alma pura del lenguaje y nosotros fuimos forzados a abandonar el lenguaje español en que nuestra literatura se había desarrollado para comenzar desde cero en inglés."
"Las víctimas principales de este terriblemente cruel e innecesario cambio de idioma, son los escritores en español de los 1900 quiénes, privados de su natural auditorio, decayeron, o, como Claro M. Recto, perdieron, porque se les robó cruelmente, la oportunidad de convertirse en nuestras grandes figuras literarias.
"Por eso, Recto, el primero entre los que sobrevivieron esa catástrofe impuesta sobre Filipinas, se vio compelido, a la postre, a totalmente abandonar la literatura para convertirse en otro político más entre los forzados colaboradores del nuevo colonialismo mientras subía una nueva generación de oportunistas que se hacía "de políticos" bajo las órdenes del extranjero (los WASP usenses) eregido en nuevo amo nuestro.

"Todos nuestros escritores, anteriores y contemporáneos del mismo Claro M. Recto, habían adquirido un dominio tal del idioma español que era muy de esperar, por evidente, que si las siguientes generaciones hubiesen sido permitidas a continuar hablando y escribiendo en el mismo idioma español de sus padres, hubieran, sin duda, llevado aquella perfección literaria, --ya adquirida por sus antepasados--, a mayores logros para alcanzar más aun mayores triunfos ya que también hubieran logrado producir una literatura verdaderamente grande.

"Pero, como el idioma español fue forzosamente descartado por decreto norteamericano, lo que las siguientes generaciones realmente produjeron fueron nada más que unos tanteos exploratorios en inglés de la década de los veinte (1920) -- una labor en sí algo heróica pero que se desviaba radicalmente del desarrollo literario indicado por nuestra historia.

"Y es por eso que no se produjo, en inglés, la gran literatura filipina que los norteamericanos y sus lacayos anunciaban con tantos bombos y platillos al imponer a los jóvenes filipinos el idioma inglés sin ninguna alternativa".

"Así sucedió, y continuará sucediendo hasta no se sabe cuando, porque el escritor filipino en inglés también ha sufrido enormemente por la incoherencia que se impuso sobre nuestra cultura nacional. El mejor ejemplo de este fenómeno es el escritor filipino en inglés, José García Villa."

"Lógica y cronológicamente, García Villa, junto a los poquísimos escritores de los años veinte, debió ser las primicias de Rizal y Recto. Y lo pudiera haber sido porque es tan indudable su genio. García Villa pudiera haber sido la culminación de 300 años de español en Filipinas. Si Rizal fuese nuestro Marlowe, García Villa pudiera haber sido nuestro Shakespeare si no nos hubiesen interrumpido el desarrollo cultural los norteamericanos con su imposición sobre nosotros del idioma inglés.
"Desgraciadamente esa imposición se logró hacer, (aunque fuese a trompicones), y cuando García Villa llegó, tuvo que empezar de nuevo en vez de continuar con, y culminar, toda una gran tradición literaria".

"El que debiera haber sido el florecimiento de todo un gran árbol literario se vio obligado a convertirse en semilla de otro árbol literario. Rizal y Recto debieran de haber sido los mentores, los modelos de García Villa, pero la arbitraria imposición del inglés en Filipinas lo separaron de sus naturales antepasados literarios. Y es por eso que García Villa tuvo que aceptar como sus mentores literarios a los extranjeros Sherwood Anderson y E.E. Cummings. García Villa produjo buena, por pura, poesía pero es una poesía que carece de raíces, -- puesto que no tiene ninguna relación con lo que es Filipinas."

"Las poesías de García Villa podrían pasar, en cuanto a su realción a Filipinas, como poesías escritas por un esquimal".

"Lo que le ocurrió a García Villa, --(que luego se exilió a Estados Unidos para siempre donde murió muy pobre y miserable sin crear más poesía)--, no es culpa suya. Es culpa de la imposición arbitraria del idioma inglés sobre Filipinas porque ese hecho le cercenó a él de sus raíces originarias."

"Y, como José García Villa, todo escritor filipino en inglés tiene necesariamente que sufrir las consecuencias de la pérdida de una tradición como lo es la brutal enajenación de sus clásicos, aquellos escritores que son sus verdaderos antepasados pero que son los que han escrito en español."

Un WASP usense, Marquadt, de larga residencia en Filipinas por hijo de un "thomasite" y ex-director de la revista 'Philippines Free Press', intentó refutarle la tésis a Nick Joaquín diciendo que si no fuese por Estados Unidos otro país, como el Japón por ejemplo, hubiese invadido a Filipinas y hubiese igualmente borrado lo español en ellas.

(No creemos que así lo hubiesen hecho los japoneses en el caso de haberse quedado con Filipinas puesto que el japonés de nuestros días ya conoce el valor de la cultura hispana. Mientras el español no se enseña regularmente en Filipinas, se enseña en el Japón. Mientras apenas quedan medio millón de filipinos que siguen siendo de habla hispana, en el Japón ya son un millón los japoneses que hablan español. Con estos datos, la probabilidad de que el idioma y cultura hispanos no resultasen tan malparados, como lo están ahora tras "la liberación en 1945", viene a ser una posibilidad que avergüencen a los sectarios WASP usenses y a sus lacayos de nuestros días.)

Nick Joaquín le replicó al mencionado hijo de "thomasite, Frederic S. Marquardt, en otro escrito. Le señaló que el argumento que presentaba no justificaba la destrucción de lo hispánico en el filipino. (Refiéranse a su artículo que reproducimos más abajo a manera de referencia: "Reply to the Marquardt article")
Le faltó, a Nick Joaquín añadir que un país democrático como Estados Unidos, no tenía, ni debiera tener, ninguna razón de facistamente destruirle a los filipinos su lengua y tradición hispanas, su identidad nacional, su literatura en lengua española y hasta a sus lenguas tagala, bisaya e ilocana forzando en ellas su antifonético alfabeto y silabicación de forma oficial.

Y Nick Joaquín, como el filipino cabal que verdaderamente es, dijo bien, porque como él mismo había señalado: --tan intolerantes eran, y son los WASP usenses y sus lacayos locales en el DECS como en el CHED, que 'ni siquiera se estimuló una coexistencia' de los idiomas español é inglés.

Como ejemplo de esta increible intolerancia y discriminación, tenemos la actual prohibición de la enseñanza de 12 unidades de idioma español en colegios y universidades filipinos en pleno año 2001.

Como otro ejemplo, Filipinas, hasta la fecha, no ha producido un Premio Nóbel que escriba en inglés. Si los autores filipinos pudiesen haber continuado con el idioma español como su medio, se podría estar aspirando en también tener un Premio Nóbel como García Marques de Colombia, como Pedro Neruda de Chile, como Octavio Paz de México o como Luis Borges de la Argentina. Pero, tal como viene desarrollandose la intolerancia hasta en la enseñanza del idioma español como asignatura regular en la universidad, también sigue la consecuencia del cambio arbitrario del español al inglés en la cultura de los cada vez pocos que verdaderamente escriben literatura inglesa en estas islas.

Leer el artículo de Nick Joaquín [en su original inglés]

Ang mga Insulares at Peninsulares: una glosa lingüística respecto al proceso de desafuero contra Erap
por Jack Schnabel


[El autor es egresado en matemáticas del Ateneo de Manila y actualmente catedrático en finanzas internacionales de la Universidad Wilfrid Laurier, ubicada en el Canadá.]

No cabe duda que la mayoría aplastante de los lectores de esta revista estan bien informados acerca del fantasmagórico panorama político filipino. La divulgación de una red de cohecho, involucrando nada menos que el mandatario Erap, desencadenó una carambola de circunstancias cuya culminación fué su destitución. Los partidarios de la presidenta suplente califican el proceso de desafuero completamente justo, en acatamiento pleno de las leyes del pais asiático. Mientras tanto, los seguidores del partido Pwersa ng Masa, quienes abogan por Erap, impugnan el mismísimo proceso como la apertura de una caja de Pandora, la dominación de la turba.

Aquí no entro en esa espinosa polémica. (Sin embargo agrego, entre parentesis, que la respuesta de las urnas en las recientes elecciones ha sido un poco ambigua.) La meta módica de este breve ensayo es recalcar un incidente que, al aparecer, tal vez sería visto como una mera bagatela, un asunto de poca envergadura. Espero no hilar demasiado fino.

A finales del año pasado cuando el proceso de desarraigo andaba viento en popa y durante un intercambio de exabruptos con sus detractores, Erap invocó dos términos anacrónicos, dos vocablos pertenecientes a la época de la colonia española, dos palabras caducadas por el transcurso de mas de un siglo tras el mutis de los Kastila del archipiélago magallánico. Me refiero a su frase Ang mga (los) peninsulares at (y) insulares.

Al toparse con esta frase, el ingenuo extranjero hispanoparlante corre el riesgo de tomarla como si fuera un epíteto completamente carente de emoción, una descripción clínica totalmente exenta de resentimiento y amargura. Esta interpretación sería un error garrafal. De hecho, los dos términos aludidos llevan significados rebosantes con tanto cinismo como sarcasmo. Traducida al castellano esa frase adquirida por la lengua tagala significa, y me disculpo de antemano por la grosería pero precisa interpretar la frase referida con precisión quirúrgica, los gilipollas adinerados.

La usanza amargada del castellano por Erap no es un caso aislado. Cito otro ejemplo que surgió mas o menos simultáneamente. En sus críticas de la postura de los habitantes de los barrios pudientes de la ciudad de Makati frenta a la propuesta de construir una carretera que atravesaría los mismos barrios, los columnistas de diversos matutinos manileños invocaron a carcajadas sarcásticas la exclamación castellana ¡Qué horror! En términos mas explícitos, la frase se traduce en el siguiente. Esos gilipollas adinerados quienes residen en esas joyas arquitectónicas merecen plenamente nuestro desdén.

El ultraje invocado por Erap hace nítidamente patente, aún así en forma implícita, el pésimo papel que desempeña el idioma cervantino (y, a propósito, rizalino) en Filipinas. Hoy por hoy, la herencia hispánica es calificada como la fuente inagotable de todos los flagelos que azotan el pais. Tales como, la corrupción endémica, la horripilante brecha entre las clases socioeconómicas (es decir, acuadaladas y menesterosas), las decrépitas instituciones políticas, et cetera. Hasta el irrisorio y absurdo extremo de incluir los siguientes: la espeluznante contaminación ambiental manileña, el fenómeno meteorológico de El Niño, la erupción del volcán Mayón, y los nivels deprimidos del producto interno bruto, el ingreso per cápita, la tasa de cambio y los índices bursátiles.

Kasalanan lahat ito ng mga Kastila! ¡Todos estos azotes son culpa de los españoles! Sobra añadir que todo esto es un acervo de ñoñerías.

Sin embargo, en asuntos de esta índole, la percepción es la realidad. Me temo que la faceta hispánica de la sociedad filipina se haya degenerado en una cabeza de turco, un chivo expiatorio a gran escala. El marcado sesgo contra todo lo hispánico corre rampante a lo largo del archipiélago.

La desaparición del castellano no ha sido puramente una cuestión de utilidad económica. No ha sido una mera manifestación de lo que los economistas etiquetan las economías de la red. Tal como el desplazamiento de un paquete de programas informáticos por otro, e.g. Lotus 123 por MS Excel. Al contrario, la purgación del idioma ha sido un proceso sobre cargado con rencor.

La lengua en que fué redactada la Constitución de Malolos, el documento que señaló el alumbramiento virtual del pais, el idioma en que fué escrito el famoso artículo nacionalista Las aves de rapiña, provocando así consternación entre las autoridades estadounidenses, ese mismísimo idioma en la actualidad es visto como blanco idóneo de desprecio patriótico. Con casi todos los autoidentificados hispanofilipinos ya difuntos y el idioma sepultado con sus osamentas, la población se encuentra en las garras de una amnesia colectiva. El idioma rizalino, el orgullo de los próceres filipinos de antaño, ha sido tergiversado en el oprobio actual.

La barrera mas significativa que impide la recuperación de la identidad hispanofilipina no es idiomática sino mas bien psicológica. De modo que los que abogan por la reivindicación del castellano en Filipinas, sí que enfrentan una lucha tanto titánica como maratónica. Sí que navegan contra corriente, viento y marea.


El fracaso del español y el éxito del inglés en las Filipinas: dos sistemas diferentes de planificación lingüística
por Nick Redmond


[Nick Redmond es un joven de 23 años. Ingresó en la Universidad de Virginia, en Charlottesville, VA, en mayo 2000, donde terminó sus estudios de química y español. Nick Redmond está actualmente cursando estudios universitarios de educación doctoral en la UVA por cuya universidad se doctoraría. Sus varios trabajos lingüísticos incluyen el ensayo que se presenta aquí.]

Introducción

Las Filipinas, descubiertas por primera vez por Fernando de Magallanes durante el marzo de 1521, se hacían parte del imperio español durante el año 1565 y empezaban algunos trescientos años debajo del poder del rey de España. El deseo más importante del imperio español era la constante evangelización de sus territorios, y, desde el principio, los misioneros católicos necesitaban superar muchos problemas para diseminar la fe a los indígenas. El raíz de estos problemas era las diferencias lingüísticas entre los frayes españoles y los indios, y estas diferencias atormentaban aquellos miles de islas hasta la terminación del control español durante el año 1898. Los españoles nunca podían usar una planificación lingüística eficaz para realizar la hispanización deseada de las Filipinas. Sin embargo, desde 1898, cuando los Estados Unidos ganaban el control de las Filipinas, hasta 1939, el inglés tenía mucho éxito como lengua casi universal por todas partes de las islas. Los Estados Unidos lograban hacer efectiva una planificación lingüística que incorporaba varias partes del gobierno, del sistema academico, y de la sociedad general de las islas. Aunque los filipinos han desarrollado otra lengua, el pilipino, como lengua nacional desde la terminación del control estadounidense, este cambio es la prolongación de la planificación lingüística eficaz de los Estados Unidos para una lengua de éxito para las Filipinas. Dentro los cambios, el inglés todavía ha mantenido su posición como lengua importante en las islas. Las diferencias entre la planificación española y las acciones estadounidenses explican los resultados opuestos de las dos lenguas como lenguas nacionales de las Filipinas.

El fracaso del español

Debido a varios fatores, los españoles no podían desarrollar su lengua como la lengua universal de las Filipinas. La primera razón era la multitud de y el espacio entre las islas y sus poblaciones indígenas. Este problema geográfico era complicado por las acciones de los misioneros, que se empeñaban en enseñar a los indios usando las lenguas indíginas, a pesar de los decretos reales que mandaban el uso del español. El gobierno colonial no podía hacer cumplir los decretos del rey porque no tenía la infraestructura ni el poder necesario para controlar las situaciónes lingüístias fuera de la capital Manila. La última razón que aseguraba el fracaso del español era la falta de un sentimiento filipino nacional que tenía como su símbolo de identidad la lengua española.

La primera dificultad que los españoles encontraban era el tamaño inmenso de las islas filipinas. La evangelización de los indígenas no significaba la transformación de sólo una raza o una lengua indígena, sino de "más de trescientos dialectos agrupados provisionalmente en setenta grupos lingüísticos diferentes"(Quilis: 1985, p.136).

Los grupos incluían los malayos, los negritos, los indonesios, los chinos, y los moros. La diversidad de los grupos no era el único problema: estos grupos vivían en un territorio que "tiene una extensión de cerca de 300.000 km2 repartidos entre 7.083islas e islotes" (p.135). Todos los obstáculos de la unidad lingüística en las Filipinas tenían como antecedentes estas cifras inhóspitas.

Las acciones de los misioneros que trabajaban con los indígenas impedían más la capacidad de la lengua española como la lengua nacional de las Filipinas. Los misioneros venían a la colonia filipina como agentes de la corona católica española, y "una de los objetivos principales de la colonización española era la diseminación del cristianismo católico romano" ("one of the major objetives of Spanish colonization was to spread Roman Catholic Christianity") (Bauzon: 1991, p.104, traducción mía)[1]. Al principio de su evangelización, los frayes se daban cuenta que "se desarrollaban insuficientemente las lenguas nativas para expresar los dogmas de la fe católica romana" ("the native languages were insufficiently developed to convey the dogmas of the Roman Catholic faith") (p.104). A pesar de los decretos de la Corona, los misioneros decidieron desarrollar estas lenguas nativas para mejorar su habilidad para enseñar a los indios. Los frayes traducieron los libros religiosos y algunos seiscientos libros de vocabulario y diccionarios, utilizando ochenta lenguas. El erudito Leonard Newell reivindica que esta hazaña es "con mucho lo más importante hasta la fecha" para el desarrollo del léxico filipino ("by far the most important to date") (1991, p.45). Este desarrollo "constituyó los 'principios de planificación lingüística en las Filipinas'… [y] impidió la difusión del español como un medio de comunicación entre los filipinos" ("constituted the 'beginnings of language planning in the Philippines'… [and] prevented the diffusion of the Spanish language as a medium of communication among the Filipinos") (Bauzon: 1991, p.104-105)[2]. El apoyo de las lenguas indígenas por los frayes permitía la separación continua de los españoles (menos los frayes) y los indios.

Los misioneros mantenían esta separación entre los españoles laicos y los indígenas para asegurar su propio poder. Los frayes comprendían la lengua española como la "ventana [de los indígenas] a las ideas liberales y filosóficas de embriagar [de Europa]" ("[the indigenous people's] window to the intoxicating liberal and philosophical ideas [of Europe]") (Bauzon: 1991, p. 105). El autor Onofre Córpuz cita a un diplomático español que notó que "las experiencias nos han enseñando que los [indígenas] que conocen nuestra lengua casi siempre son los más testarudos de los pueblos… que se rebelan contra los curas y los gobernadores provinciales" ("experience has taught us that those who know our language are almost always the most headstrong in the pueblos… who rebel against the curates and provincial governors") (1965, p.37). Otros españoles pensaban que los misioneros oponían el uso del español por los indios porque podía "tener un efecto de unificación… y, de ese modo, poner en peligro la posición preeminente [de los misioneros] en la sociedad colonial" ("have a unifying effect… and, thereby, endanger [the missionaries'] preeminent position in colonial society") (p.105).

A pesar de los mandatos repetidos por el rey español, la educación con y el desarrollo de las lenguas indígenas continuaban por los tres siglos del control español; como consecuencia de esta planificación subversiva y esta separación de las fronteras lingüísticas, el español tenía mucha dificultad en hacerse la lingua franca de las Filipinas. La situación internal del gobierno filipino sólo empeoraba las posibilidades de la lengua española. El gobierno central de las islas no funcionaba con eficaz, de hecho un español observó, "…parece que se goviernan por barrios como behetrías; cada barrio tiene su principal: no podimos entender que entre ellos hobiese algún prinipal o gran señor" (Quilis:1985, p.136)[3]. Otro español de la época dijo, "…en las Philippinas [sic]… no avía rrey [sic] común que governase aquello…" (p.136)[4]. La debilidad del gobierno central se manifestaba más obviamente en el sistema educativo y en el sistema de comunicación, como dijo el autor Franciso Cañamaque:

No causa ménos dolor que el estado deplorable de la enseñaza, el deplorabilísimo de las comuniaiones. ¿Y es posible nada en un pueblo de más de seis millones de almas que carece casi en absoluto de comunicaciones? Hay poquísimas carreteras, y estas en censurable descuido...(1880, p.49).

A causa de esta falta de carreteras, el gobierno no podía extender su poder más allá de los alrededores de la capital Manila. De hecho, un fray de la época dijo, "en las Philipinas, … en la ciudad de Manila ay [sic] españoles, pero en los pueblos de los yndios [sic] no vive español ninguno" (Quilis: 1985, p.138, cf. la nota 4). Una consecuencia de los problemas infraestructurales era un sistema de educación de baja calidad. Las Filipinas no tenían maestros suficientes para alcanzar todas las islas.

Más, la distancia entre España y las Filipinas aseguraban que no hubieran inmigrantes (laicos) suficientes de España para formar un grupo de maestros y eruditos que pudiera realizar el deseo del gobierno español para la educación en español de los indios de los pueblos pequeños de las islas (Bauzon: 1991, p.104 y Quilis: 1985, p.139). Sin la infraestructura necesario y sin los números de inmigrantes, el gobierno central de las Filipinas no podía hacer cumplir los decretos lingüísticos de la Corona de España.

El español necesitaba superar demasiadas dificultades que se oponían a su establecimiento como lingua nacional de las Filipinas. Las multitudes de razas e islas diferentes dividían las Filipinas, y los españoles siempre luchaban contra estas dificultades intrínsicas. Su deseo de "hispanizar" a los grupos indígenas perdió a los deseos de los misioneros, quien en el nombre del otro deseo de España, la evangelización, desarrollaban las lenguas indígenas en perjuicio de la lengua española. El aislamiento y la falta del contacto lingüístico con otras lenguas que resultaban servían para estigmatizar a los indígenas, y ellos vivián sin una unidad ni un sentimiento nacional. Estos problemas se complicaron por las varias dificultades del gobierno central de las islas. A causa de todos estos problemas, a la terminación de su control sobre las Filipinas (1898), sólo dos por ciento de la población tenía la fluidez con la lengua española (Gonzalez: 1991, p. 10). Parecía que sería imposible el desarrollo de una lingua franca para las islas filipinas.

El éxito del inglés

Cuando los Estados Unidos ganaron las islas filipinas de España durante el año 1898, la situación lingüística era una de fragmentos y de aislamiento entre todas las lenguas de las islas. España no había realizado nada menos el fracaso total de sus deseos para el español como la lengua de identidad de las Filipinas. Con una planificación lingüística nueva, los Estados Unidos transformaban las Filipinas a una nación con una lengua que muchos podían utilizar. El éxito del inglés empezó con el estatus alto de la lengua entre los eruditos, los diplómatos, y otras personas de prestigio. Los Estados Unidos estudiaban la situación lingüística de su nueva colonia y desarrollaban un sistema de la educación muy ambicioso. La habilidad del inglés de cambiar y adaptar a las situaciones nuevas facilitaba su éxito. Dentro sólo cuarenta años, el inglés realizaba el fin más dificil, que siempre era imposible para todos los anteriores: el principio de una unificación lingüística de las Filipinas.

El inglés casi era la lingua franca de todo el mundo, y la oportunidad de las islas filipinas de aprenderlo era muy importante. Bauzon nota, "…porque la lengua [inglesa] daba una ventana a las ideas liberales del Oeste, el inglés dentro de poco se hacía la lengua común en los dominios gubernamentales, profesionales, comerciales, y diplomáticos" ("…because the language provided a window to liberal Western ideas, English soon became the common language in the governmental, professional, commercial, and diplomatic domains") (1991, p.101). En las Filipinas, el inglés "indica[aba] una superioridad educacional y social" ("denote[d] educational and social superiority") (Villacorta: 1991, p.38). Una manifestación de esta reputación lingüística era el establecimiento del sistema pensionado, en que estudiantes filipinos excepcionales podían recibir una educación universitaria en los Estados Unidos hacia las carreras profesionales en las Filipinas. Con programas así y con el sistema de educación dentro las islas basados en el inglés, todos los filipinos conocían el valor del inglés como una lingua franca de un atractivo y de un uso universal (Bauzon: 1991, p.106). Bonifacio Sibayan observa que "mientras aumentaba el número de personas que poseyeron el inglés modernizado intelectualmente, el destino del español intelectualizado era previsible: el abandonamiento y la 'muerte'" ("as the number of those who possessed intellectually modernized English increased, the fate of intellectualized Spanish was predictable: abandonment and 'death'") (Sibayan: 1991, p. 72).

Los Estados Unidos sabían que el prestigio sólo de su lengua no era suficiente para su éxito. Al principio de su control sobre las islas, los Estados Unidos establecieron las "comisiones de Schurman y Taft para estudiar las condiciones en las Filipinas y para consolidar el poder del gobierno civil de los EE.UU. sobre los ciudadanos filipinos" ("the Schurman and Taft commissions to study conditions in the Philippines and consolidate power of the civil government of the U.S. over the Filipino people" (Bauzon: 1991, p.106). El gobierno colonial de los Estados Unidos "gastaron sumas fabulosas en la introducción del uso del inglés… [y después de dos años] ya se habían establecido unas 1000 escuelas, con más de 100.000 escolares, entre niños y adultos" (Quilis: 1985, p.140-141). Se mandó el uso del inglés como la lengua de enseñar. A diferencia del mandato inútil de la Corona español durante los siglos anteriores, "la lengua inglesa era introducido como lengua de instrucción en las Filipinas por los soldados americanos en siete escuelas primarias en Manila en el primer día de septiembre de 1898" ("the English language was introduced as a language of instruction in the Philippines by American soldiers in seven elementary schools in Manila on September 1, 1898") (Sibayan y Gonzalez: 1990, p.269-270). Mientras los misioneros españoles tenían sus propias ideas contrarias a los mandatos del rey sobre la educación de los indígenas, los soldados estadounidenses siguieron las ordenes de sus superiores; y la planificación lingüística del inglés podía empezar.

Otro factor que ayudaba la diseminación del inglés por las Filipinas era el carácter de la lengua. Sibayan caracteriza el inglés como "una lengua flexible; hospedaba muchos artículos vocabularios y expresiones para encargarse de las realidades filipinas" ("a flexible language; it accommodated many vocabulary items and expressions to take care of Philippine realities" (Sibayan: 1991, p.73). Bauzon nota que "palabras filipinas han entrado la lengua inglesa, como carabao, mango, y abaca" ("Filipino words have found their way into the English language, such as carabao, mango, and abaca") (Bauzon: 1991, p. 107). Así, "una inglés modernizada popularmente diseminó con rapidez entre la gente común" ("a popularly modernized English rapidly spread among the common people") (Sibayan: 1991, p.73). El inglés ha tenido éxito como la lengua casi universal de las Filipinas a causa de su habilidad de utilizar las fuerzas del contacto y la asimilación lingüística.

Después del cambio del control sobre las islas filipinas en 1898, todo el mundo reconocía el prestigio del inglés como una lengua importante para lo diplomático, para los negocios, y para lo académico. Las hazañas intelectuales y profesionales del inglés causaban dentro muchos filipinos el deseo de conocer esta lengua. El gobierno estadounidense desarrollaba un sistema de la planificaciónlingüística que incorporaba aspectos del corpus y del estatus. Se realizaban los mandatos lingüísticos del gobierno de los Estados Unidos. Debido a la habilidad del inglés para adaptar, esta lengua gozaba mucho éxito como la primera lengua de las islas filipinas que se acercaba el nivel de una lengua nacional. Al fin de la época americana (1939), 26.5 por ciento de la población hablaba una forma del inglés (Gonzalez: 1991, p.10). Se realizaba todo ésto dentro cuarenta años con muchas de las mismas condiciones desfavorables que veían los españoles durante sus trescientos años de poder.

Conclusión: La transición a la lengua filipina

Antes de la terminación del gobierno estadounidense en las Filipinas, muchos pensionados volvían a las Filipinas con un nacionalismo nuevo. Las autoridades filipinas se daban cuenta la necesidad de las Filipinas de tener una lengua nacional endoglósica. Siguiendo la planificación del inglés en las islas, las Filipinas establecieron el Instituto Nacional de la Lengua en 1936, y decidieron el próximo año que se basaría su lengua nacional endoglósica en el tagalo. La planificación de corpus continuó con un libro de la gramática dentro algunos años. Desde el crecimiento de la lengua filipina (se funde en el tagalo) como lengua nacional, había un "conocimiento desarrollando de los derechos de todos los grupos y comunidades étnicos" ("a growing awareness of the rights of all ethnic groups and communities") (Gonzalez: 1991, p.12). El sistema de la educación todavía utiliza el inglés, especialmente con las matemáticas y las ciencias, pero al subir los años en las esuelas, hagan hincapié en el estudio del filipino (Bauzon: 1991, p.108). El desarrollo del filipino ha continuaba por algunos decenios, y Gonzalez puede decir que el "[f]ilipino apareció surgir como una linga franca" ("[F]ilipino appeared to be emerging as a lingua franca") (1985, p. 65).

La situación lingüística en las Filipinas es muy complicada. El hecho que han pasado unos cuatrocientos años y todavía no hay ninguna lengua universal de las islas indica las dificultades. Aún así, el desarrollo de un sistema de planificación lingüística hace cien añospor el gobierno estadounidense para las Filipinas ha servido como el raíz del nuevo nacionalismo que ha producido su propia lengua nacional. Esta lengua nueva, sin duda, continuará su lucha contra todas las fuerzas divisivas hasta que todos los filipinos puedan comunicarse con una lengua nacional. Para intregarse como una nación unida y estable, las Filipinas necesitan tener el éxito completo que eludía a los españoles y que sólo era visión distante para los Estados Unidos.

Obras citadas:

Bauzon, Leslie E. (1991). Language planning and education in Philippine History. International Journal of the Sociology of Language. 88: 101-119.
Cañamaque, Francisco (1880). Las islas filipinas (de todo un poco). Librería de Fernando Fé, Madrid.
Córpuz, Onofre D. (1966). The Philippines. Prentice Hall, Inc. Englewood Cliffs, N.J.
Gonzalez, Andrew B. (1985). Language use surveys in the Philippines (1968-1983). International Journal of the Sociology of Language. 55: 57-77.
--------- (1991). Studies on language and society in the Philippines: state of the art. International Journal of the Sociology of Language. 88: 5-18.
Newell, Leonard E. (1991). Philippine lexicography: the state of the art. International Journal of the Sociology of Language. 88: 45-58.
Quilis, Antonio. (1985). Historia de la lengua española en Filipinas. Hispanic Linguistics. v. 2, no. 1: 133-152.
Sibayan, Bonifacio P. (1991). The intellectualization of Filipino. International Journal of the Sociology of Language. 88: 69-77.
Sibayan, Bonifacio P., y Gonzalez, Andrew B. (1989). English language teaching in the Philippines: a succesion of movements. Teaching and Learning English Worldwide. 269-296.
Villacorta, Wilfrido V. (1991). The politics of language in the Third World: toward theory building. International Journal of the Sociology of Language. 88: 33-43.
[1] Todas las traducciones del inglés al español son mías. Incluiré las palabras originales en el inglés del autor.
[2] Bauzon cita la tesina de Emma J. Fonancier Bernabe que se titula Language Policy Formulation, Programming, Implementation, and Evaluation in Philippine Education (1565-1974).
[3] Quilis cita una Colección de Documentos inéditos, 1886, Doc. 27, p.262.
[4] Otra vez, Quilis cita otra obra. Aquí es la de Lewis Hanke (1977, p. 206).
Unos comentarios sobre este artículo...


Academias: España aportará recursos a las demás academias de la lengua
Unidad en la diversidad | 11 de abril de 2001


El director de la Real Academia Española (RAE), Víctor García de la Concha, anunció el 4 de abril, en San José, Costa Rica, que España otorgará recursos para las sedes de las Academias de la Lengua de otros países hispanohablantes.

El académico dio a conocer estas medidas en el marco de su visita oficial a este país, el único hispanohablante donde la Academia de la Lengua no tiene sede ni presupuesto.

Alberto Cañas, director de la Academia Costarricense de la Lengua, agradeció la mediación del director de la RAE ante la Presidencia de Costa Rica para que el Estado cumpla su compromiso de otorgar una sede y una partida presupuestaria a la entidad, según informó el diario costarricense La Nación.

El directivo de la RAE especificó que España se compromete a rehabilitar y dar recursos a las sedes nacionales de las Academias y a conceder becas para cursos de excelencia en lexicografía destinados a académicos del mundo hispano, informó la Agencia EFE.

Este convenio será rubricado antes del Segundo Congreso Internacional de la Lengua, que se celebrará en la ciudad española de Valladolid en octubre de este año, ocasión en la que se presentará la XXII edición del Diccionario de la RAE.

Un diccionario panhispánico

La nueva edición del Diccionario de la Real Academia tendrá un carácter «panhispánico», afirmó el director de la institución, ya que quiere reflejar en sus páginas un «español universal».

«Hemos revisado uno a uno» todos los americanismos que actualmente están en el diccionario, unos 14.000, dijo. Para agregar que han eliminado los que están "fuera de uso" e incorporado "miles" de palabras nuevas, frecuentemente utilizadas por hispanohablantes de América Latina.

Además de este glosario, la Asociación de Academias trabaja en la elaboración de un diccionario de dudas, en las que se resolverán las consultas más frecuentes; un diccionario del estudiante y una nueva gramática.

La visita de García de la Concha a Costa Rica, que finalizó el domingo 8 de abril, forma parte de una gira que comenzó hace un año a los países de habla hispana, incluidos EE.UU. y Filipinas.

Historia de las Academias de la Lengua Española

La creación de la Real Academia Española, en 1713, se marcó como objetivo «fijar las voces y vocablos de la lengua castellana en su mayor propiedad, elegancia y pureza» y por ello se eligió como emblema un crisol al fuego con la leyenda limpia, fija y da esplendor.

Esta suerte de «creencia» en la normativa, característica de la Europa del siglo XVIII, se ha extendido prácticamente hasta nuestros días, en los cuales se perciben cambios en la concepción del lenguaje.

La primera muestra de una transformación de la visión española hegemónica ocurrió en 1951, cuando por iniciativa del entonces Presidente Miguel Alemán, la RAE convocó en México al Primer Congreso de Academias de la Lengua Española, en el cual se acordó la constitución de la Asociación de Academias, integrada por las veintidós que existen en el mundo -- la española, todas las de América Latina, la filipina y la norteamericana.

La Asociación, que busca mantener la cohesión lingüística y favorecer la variedad, se consolida como una entidad de consulta, intercambio y análisis sobre el castellano, a uno y otro lado del Atlántico (San José).


La Historia del Premio Zóbel
por Tony P. Fernández


BRILLANTES, LOURDES:
80 AñOS DEL PREMIO ZÓBEL
Con fotos y cubierta de Anthony
Villanueva y Edelbert Lumactao.
Impresión: Capitol Publishing Inc.
Publicación: Instituto Cervantes y
Fundación Santiago, 374 páginas
Tarjeta del Catálogo de la Biblioteca
del Congreso no. XY 12-3456
ISBN 123-45678-9-0

Tengo en mis manos un libro que para mí fue una gran sorpresa. La obra a que aludo lleva como título: "80 Años del Premio Zóbel" escrito en castellano con gran vigor por la profesora Lourdes Brillantes.

He recibido esta obra con alegría y al mismo tiempo como una cosa rara porque, (que yo sepa) a lo largo de éstos últimos años ya no se publican en Filipinas libros en español. A mi juicio, la aparición de este libro, no es para la mayoría de los filipinos, es decir, a la masa que está alejada de la lectura en español, ya que como todos sabemos, el conocimiento del castellano, se limita a un número reducido de la sociedad filipina.

Pero gracias a la iniciativa de Don Delfín Colomé, ex-embajador de España en Filipinas, y a la familia Zóbel, especialmente a Georgina Padilla Zóbel-su marido Luis Mac-Crohon- y su hermano Alejandro, y a la valiosa asistencia de varias instituciones, como: el Instituto Cervantes, la Academia Filipina de la Lengua Española, Fundación Santiago, la Agencia Española de Cooperación Internacional (AECI), y la aportación valiosa de un grupo distinguido de colaboradores, se ha hecho posible la publicación de este libro que trata los 80 años del Premio Zóbel.
La edición de esta obra original representa esfuerzo, dedicación, y un excepcional trabajo de investigación que reflejan la Edad de Oro de las letras filhispanas. Una labor como la de Lourdes Brillantes no es tan solo la producción de un libro sobre nuestros escritores en castellano, es más bien un recuerdo histórico que forma parte del patrimonio cultural de la nación. Esta obra, merece la gratitud y el agradecimiento, no solo de los filipinos hispanoblantes que quedan sino también de los estudiosos que intensamente se interesan en la literatura filhispana de nuestros antepasados.

Lourdes Brillantes, reúne un material abundante sobre el Premio Zóbel que agrupa un caudal de" breves fragmentos y descripciones de las obras premiadas." -novela, cuento, reportajes, teatro, poesía- de los ganadores del premio, con cortas biografías de sus autores. La autora ha incluido también un homenaje ofrecido a Don Enrique Zóbel de Ayala quien fundó el premio el 25 de julio de 1920 para cultivar las letras hispanas en Filipinas y promover el estudio y la preservación de la lengua española.

En las páginas de este libro se hallan datos sobre nuestros escritores en castellano que nosotros mismos no hubiesemos encontrado en las bibliotecas u otras instituciones públicas que por desgracia no atesoran los trabajos histórico-literarios en español de nuestros antepasados. He observado que en Filipinas se conocen a muchos autores en inglés y en tagalo. En cambio, son poco conocidos los escritores y literatos en castellano que desafortundamente caen en olvido en su propio país. Por eso que a veces,-suelo preguntarme: ¿Cuántos lectores, por citar a uno, conocen a Enrique K. Laygo, ganador del premio Zóbel en 1925? Es de lamentar que en la actualidad la juventud filipina desconoce por completo la vida y la obra de este gran literato. Todo esto es amargo y lamentable, pero es preciso decirlo, porque es una gran verdad.

Por eso me alegra ver la publicación de esta obra sobre el Premio Zóbel donde se recopilan las contribuciones valiosas de nuestros escritores filhispanos que han sido galardonados con el premio hasta el presente siglo que, a mi juicio, muestran la floración de una literatura castellana nativa, distinta y genuinamente filipina que se desarrolló apesar de la implantación del inglés.

Recorriendo sus páginas, hemos podido tomar nota de lo más granado del Hispnismo filipino, en particular, a los que impulsaron y trabajaron con ahínco para fomentar la lengua y la cultura españolas en Filipinas. Sobresalen entre ellos, la familia Zóbel, muy especialmente, D. Enrique Zóbel de Ayala, por apoyar y promover el cultivo de las letras filhispanas, Dña Georgina Padilla Zóbel de MacCrohon y D. Alejandro Padilla Zóbel que continúan realizando con celo y dedicación el mantenimiento del Premio Zóbel apesar de la lucha desigual con el inglés .
Si hubiesemos de enumerar en esta reseña a todos los galardonados, se necesitaría una larga lista. Sin embargo, podríamos decir que sus nombres están ligados con sus excelentes obras que llevó las letras hispanas a su apogeo enriqueciendo la rica cultura hispánica de Filipinas.

Esperamos que este libro contribuya a despertar en nuestra juventud el interés por las obras originales de nuestros grandes escritores en español y que ojalá sean leídas y admiradas y acogidas con entusiasmo, no solo en Filipinas, sino también en el extranjero, en especial, en España y en los países hermanos, las Repúblicas hispano-americnas. Vaya pues nuestro más cordial agradecimiento a Lourdes Brillantes y a todos los que prestaron su valiosa cooperación y que hicieron posible la publicación de este libro excepcional.

La Autora: Lourdes Castrillo de Brillantes

El libro "80 Años del Premio Zóbel" escrito por Lourdes Brillantes contiene la siguiente reseña sobre la autora:

"Lourdes Castrillo de Brillantes "una de los paladines insubornables de la causa hispánica en Filipinas," recibió el Premio Zóbel en 1999. Es profesora de español y traducción en la Universidad de Filipinas.

Formó parte del cuerpo de redacción de Crónica, sección castellana de la edición dominical del diario The Manila Chronicle, a la que contribuyó con artículos de varios temas, notables por su profundidad e interés, que abarcan la historia, literatura, teatro, danza, música filipina y española, filología, cine, liberación femenina y teoría de la traducción. En colaboración con el Centro Cultural de Filipinas, tradujo al español la monografía Cine Filipino.

Estrenado en el año 2000, es su traducción del insigne drama del artista nacional Nick Joaquín, titulado "Retrato del artista como filipino." Escrito en 1950, cuenta con más de 100 representaciones en inglés y tagalo. Está casada con Gregorio Brillantes, un escritor y periodista de renombre en Filipinas y tiene tres hijas.


Homenaje a Presidente Diosdado Macapagal
por Guillermo Gómez Rivera


¡MABUHAY! ¡VIVA EL RECUERDO DEL PRESIDENTE DIOSDADO MACAPAGAL!
¡QUE DIOS PROTEJA A SU HIJA, PRESIDENTE GLORIA MACAPAGAL DE ARROYO!

Gracias al Presidente Diosdado Macapagal y Pañgan, todos los filipinos vamos a celebrar pasado mañana nuestra independencia de España. De España sí, pero no del todo de los WASP usenses que, querramoslo o no, nos vulneran el mismísimo concepto de esa independencia y soberanía nacionales cuando, mediante nuestra propia Commission on Filipino, meten a traición el entero alfabeto inglés en el tagalo, base de la lengua nacional de Filipinas, el Filipino. Esta claro que nos quieren socavar la independencia cultural y lingüística al que tenemos derecho por temor a que descartemos luego el idioma inglés por ser obligatorio.

Fue Diosdado Macapagal el que nos restauró la verdadera fecha de nuestra independencia. Y esa verdadera fecha es el 12 de junio cuando el Presidente Emilio Aguinaldo instruyó a Rianzares Baustista Lim que leyera el Acta de Independencia de Filipinas redactada en español.

Por ese glorioso gesto por parte del Presidente Diosdado Macapagal permitanme, queridos hermanos en este Círculo HispanoFilipino, rendirle de nuevo un homenaje cariñoso al Presidente Macapagal con estos versos que un servidor le escribió cuando aun estaba en vida y que él muy agradecididamente reconoció:

ANTENA DE LA PATRIA

A la Presidente Gloria Macapagal de Arroyo, con ocasión de su histórico ingreso en la Academia Filipina el 10 de enero de 2000, y a la memoria del Presidente Diosdado Macapagal, por la restitución del 12 de junio como nuestro día de independencia.

La voz de los Rajás en ti resuena bélica.
El genio de los Cides aureola tus actos.
Patriota. Defensor de Mi patria famélica.
Paladín de la Historia. Prez de prístinos pactos.

Cual volcánica fuente surgiste al patrio trono,
al pueblo depurando de exotismos y vicios...
De la nociva influencia que incita el abandono
De nuestros sacros fueros y patrios epinicios.

La noble integridad de tu altivez malaya
te gloria proclamándote descendiente directo
de los grandes que alzaron la impávida atalaya
donde ondean los nombres de Bonifacio y Recto.

Hoy sorbes, por patriota, del cáliz del martirio.
Y te amaga, por poeta, la sombra del cadalso.
Desprecia al que te ladre con encono y delirio,
al traidor y cobarde, al hipócrita y falso.

Si Incomprensión condena tu hidalga ejecutoria;
Si Envidia te maldice, Si Farsa te censura,
no olvides que en la abierta página de la Historia
Hoy estás cual patricio que enaltece y depura.

Que ululen los lacayos del nuevo coloniaje;
Que nieguen tus lauros las aves de rapiña;
Mas, ¡adelante! Poeta de acérrimo coraje...
¿qué importa el huracán de una excéntrica riña?

Tu peregrinación a la vetusta tierra
que nos vació su ser, su semilla y rosal,
es un renacer glorioso; un símbolo que aterra
al vil que darnos quiere su infamia y su dogal.

Docto restaurador de nuestra independencia,
con el doce de junio nos diste honra y renombre.
Y, por ello, la Historia, la nativa consciencia,
guarda en su alma tu imagen y bendice tu nombre.

Antena de la Patria Bravo Macapagal.
Tú que vas encontrando la actitud pusilánime
de este pueblo embaucado, ten por lanza inmortal,
de nuestros grandes héroes, la voz y el voto unánime.

Y es que los Rajás te dan su genio bélico.
Los Rectos y los Cides en ti rehacen sus pactos.
Surges, para cumplir el destino pentélico,
De esta patria forjada por castellanos actos.

Únase a tu misión el ardor del asceta.
Únase a tu saber el genio filipino.
Únase a tu esplendor el cántico del poeta.
Y,únanse a tu existencia
¡la Patria y su destino!
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España y Filipinas
Por Juan Luna, 1886



LUNA, JUAN [1857 - 1899] Nació en Badoc, Ilocos Norte. Uno de los pintores filipinos más destacados y hermano de General Antonio Luna. En 1881, su obra La muerte de Cleopatra ganó la Medalla de Plata en la Exposición de Bellas Artes en Madrid. Tres años luego, su mural Spoliarium ganó la Medalla de Oro en la misma exposición. Él creó más obras maestras que ganaron premios en Europa y América, incluyendo el famoso Batalla de Lepanto que adorna la sala del Senado de España.

Las Dalagas Filipinas
por Claro M. Recto


Dalagas del terruño, el poeta os saluda,
coronado de flores, de ensueño y arrebol,
y por los dioses lares y por el mismo Budha,
os ofrenda estas rosas, novias todas del sol.

Por las manos que tienen mansedumbre de tulles,
por las sampagas níveas del malayo vergel,
por las místicas garzas de los lagos azules.
coloco en vuestras frentes esta hoja de laurel.

Adoro vuestros labios, donde el sol de mi tierra
ha dejado sus besos de sátiro oriental,
porque son el santuario de bellezas que encierra
el glorioso prestigio del solar de Rizal.

Ojos negros, refugio de hechizos y embelesos,
dolientes, langorosos, plenos de soñación,
como noches sin luna, pero con rojos besos,
que vierten en el alma perfumes de ilusión.

Manos sutiles, como suavidades de lago,
de seda que se aleja en rítmico frufrú,
como el bogar quimérico de un ensueño muy vago
sobre las aguas mansas del piélago de azur.

Frente, color de aurora, donde bellas florecen
con aromas de cielo flores de castidad;
mejillas sonrosadas, que en su gracia parecen
vírgenes de los lienzos de la pasada edad.

Cabellera flotante cual selva enmarañada,
que exhala dulcemente aromas de querer,
ensoñacion, delirio del alma, enamorada
de las carnes y besos de la amada mujer.

Pies finos, diminutos, de rosáceos talones,
y senos que se exaltan eon ferviente ansiedad,
ánforas virginales con vino de ilusiones,
que emborracha las almas de voluptuosidad.

Talle gentil y esbelto como enhiesta palmera
donde alegres laboran las abejas su miel,
con suave ritmo que los nervios exaspera,
como si fuese espíritu de un viejo moscatel.

Todo un conjunto armónico y grato que envidiara
la ardiente castellana y la impasible miss,
la princesa que el cielo de Rusia cobijara
y la dama que siente la fiebre de París.

Quién dice que no es bella la mujer filipina,
que visite estas tierras de Burgos y Rizal,
y verá que es más mística, más dulce y más divina,
la hija de los rajáhs, la niña tropical.

RECTO, CLARO M. [1890 - 1960] Maximo declamador y escritor en prosa. Su inspiracion siempre fue viril y en sus poesías se expresa la belleza, el amor, la mujer. Era un eslabón entre el clásico y el modernista, pero conservó siempre su personalidad como poeta filipino. Véanse su poesía romántica dedicada a las mujeres filipinas, Dalagas Filipinas.

Nacido en Tiaong, Tayabas (ahora Quezon) el febrero de 1890 estudió en el antiguo Ateneo de Manila donde se distinguió en literatura y lenguajes clasicos. La mayoría de sus escritos se publicó en El Renacimiento y en 1911 publicó un libro de versos titulado Bajo Los Cocoteros. Era también dramaturgo. Solo Entre Las Sombras y La Ruta de Damasco son dos dramas que vívida y magistralmente retratan los problemas sociales de su país. Abogado de profesion, Recto era el titán del foro filipino y uno de los más distinguidos políticos de la nación. Fue presidente de la Convencion Constitucional y esbozó así la Constitucion de Filipinas en 1936. Fue Senador, Presidente de la Academia Filipina correspondiente de la Real Academia Española de la Lengua, Magistrado del Tribunal Supremo y miembro de la Cámara de Representantes. Recto pasó a mejor vida el 2 de octubre, 1960, en Roma cuando estaba por ver realizado su sueño dorado de visitar y hablar al pueblo español, cuya lengua dominaba con máxima maestría. Víctima de un ataque cardiaco, sus últimas palabras, que reflejan su nacionalismo furibundo fueron: "Qué terrible es morir lejos del terruño."

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