sábado, agosto 15, 2009

El Debate (Seminario de Información de Filipinas)




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POESÍA HISPANOFILIPINA: EDAD DE ORO (1ª PARTE)
POESÍA HISPANOFILIPINA: EDAD DE ORO (2ª PARTE)
POESÍA HISPANOFILIPINA: LOS VANGUARDISTAS (3ª Parte)


Por Edmundo Farolán de la Academia de la Lengua Española de Filipinas


En los años sesenta, surgió una nueva generación de poetas filipinos en castellano, influidos por los ismos que caracterizaron a los poetas vanguardistas después de la Primera Guerra Mundial. Estos poetas conocen a Pablo Neruda, Jorge Luis Borges, Gerardo Diego, Octavio Paz, Jorge Guillén, Pedro Salinas, Federico García Lorca, etc.

Además del castellano, estos poetas escribieron y siguen escribiendo en otros idiomas, inglés en particular, algunos en francés, y otros en los idiomas filipinos como el tagalo, cebuano, ilonggo, e ilocano. Escriben en varios estilos y temas; del verso libre y prosaico, a las métricas tradicionales ; de temas surrealistas, dadaístas y de protesta, a temas realistas, religiosos, y pacíficos. Escriben en el estilo vanguardista, pero vuelven a los clásicos en forma y contenido, tomando los temas y los estilos literarios de los clásicos castellanos: Quevedo, Valle Inclán, Góngora, Santa Teresa de Jesús, Jorge Manrique, Garcilaso de la Vega, etc.

Los que más se definen en este grupo de vanguardistas filipinos son Federico Espino Licsí, Guillermo Gómez Rivera, Ángel Estrada, Edmundo Farolán, G. Burce Bunao, y Gilbert Luis Centina III.

En la poesía de Federico Espino Licsí, Romance de la Cita Desdichada, vemos un ejemplo del romance tradicional donde el poeta utiliza los temas de honor y venganza en el contenido poético, pero utlizando un escenario filipino donde estos temas llevan relevancia. He aquí el romance:

ROMANCE DE LA CITA DESDICHADA

Sigue el viaje de la Luna.
Sigue la secreta cita.
Mozuelo alto, moza baja
y un verde rumor de brisa.
Arde el mozuelo fornido
hundido en la íntima sima,
el pez de su amor cambiándose
en una rosa encendida,
y la Luna pudorosa
quiere esfumarse de prisa.
En el silencio sangriento,
¡Qué meloso es el descanso
cuando la flor se marchita!
De repente, tres mozuelos,
hermanos de la mocita,
con fríos cuchillos entran
en el lugar de la cita.

Es ágil la venganza
en la selva filipina
y mientras la Luna asoma
tras las nubes blanquecinas,
la rosa sangra en el suelo,
sin pétalos, sin espinas.


Es un romance, diríamos, más contemporáneo, más gráfico, mucho más corto, donde el poeta usa las imágenes poéticas de la flor para referir al instrumento sexual-- cortado de su cuerpo, una rosa que pierde su vida, una rosa que "sangra en el suelo,/sin pétalos, sin espinas."

Espino Licsi, concentra sus poemas en el romanticismo tradicional, y producía sus poesías con la disciplina del verso tradicional. Escribe en inglés, español, y tagalo, y fue premiado varias veces con el prestigioso Premio Palanca de Literatura en Filipinas.

Gullermo Gómez Rivera, por otro lado, fue y sigue siendo el quijote del grupo, el batallador para la sobrevivencia del español en Filipinas. Escribe en inglés, español e ilonggo, y fue coronado Príncipe de los poetas ilonggos. Escribió tres libros de gramática, varios ensayos en defensa del español en Filipinas, una obra de teatro El Caserón, y un libro inédito de poesías. Hoy día es el director del semanario, Nueva Era, uno de los dos semanarios en español publicado en Manila, el otro siendo Nuevo Horizonte.

Su poesía que más se destaca es Fulgor de Jades, dedicada a Primi, una estrella de baile, una creación a la Pigmalión de Gómez Rivera, también un danzante de flamenco y fundador del grupo de baile español de la Casa de España de Manila. Recogió a Primi en su niñez y la convirtió en una estrella de flamenco.

He aquí su poema:

FULGOR DE JADES

A Primi

Una sonrisa. Siempre una sonrisa
amanece lenta en tu faz morena;
luz recién resurrecta que te riza
los sueños de mujer: santa o sirena.

Aunque no tengas la blanca forma
de sueños helénicos, siempre llevas
prendido en los fulgores de tu norma,
el encanto bíblico de las Evas.

Ven. El duende te invita a sus salas.
Se abre la puerta de la danza poética,
flor que estalla al mundo, plena de galas
en la rútila noche de la estética.

La mantilla. La cintura de avispa.
Los palillos. El frufrú de tu enaguas.
El destello de tus jades. Son chispas
de luz que alumbran tus secretas aguas.

Ven. No tardes más. Que el duende te espera
para colmarte el rostro de alegrías.
Entra y recorre la mágica esfera
del arte: de la danza que es poesía.


Edmundo Farolán Romero publicó su primer libro de poemas, Lluvias Filipinas, en Madrid en 1967. Este libro ganó el Premio de Poesía Colegio Mayor de Guadalupe. Publicó en Manila, cuando volvió en 1975, otro libro de poesías, pero en inglés, The Rhythm of Despair. En 1981, su segunda colección de poesías en español, Tercera Primavera, fue publicada en Bogotá, y fue ganador del prestigioso Premio Zóbel en el mismo año. Recientemente, en 1994, acaba de publicar en Toronto otro libro de poemas en inglés y francés, Oh, Canada!, una colección de poesías escritas en Canadá. Le influyeron mucho, en sus poesías juveniles, los siguientes poetas: Federico García Lorca, Rubén Darío, Octavio Paz, y Pablo Neruda. Estos días, está metido en lecturas de los místicos: Santa Teresa de Ávila, San Juan de la Cruz, etcetera.

He aquí una poesía nueva que acaba de escribir:

POEMA 1998

ante todo en el consciente de cada milagro hay que descifrar descifrar discernir discernir la lluvia la nieve el sol de cada día el conflicto la tristeza la angustiosa soledad...

invierno invierno me levanto con la triste mañana de los antaños orgullosos y ahora en mi vejez despojado de todo orgullo me arrodillo en mi pobreza...

falta pedir perdón a los seres humanos y al ser divino.


Otros poetas en este grupo vanguardista fueron: Ángel Estrada, que combina verso libre y rima en sus poemas; Gilbert Luis Centina III y G. Burce-Bunao, ganadores del Premio Palanca en inglés, y ambos influidos por la escuela surrealista. He aquí ejemplos de sus obras poéticas:

MUJER AUSENTE
Ángel Estrada


Dímelo,
tú, dímelo, blanca
espuma viajera.

Dímelo,
dímelo tú, lanzada
de Sol en la ventana.

Dímelo, alondra
rezagada
que bordas por los aires
caminos para mi alma sola:

Dímelo, yedra lenta
por mis venas;
¿por qué, con tu lógica rara
es hoy que sólo extrañas
su corza mirada de tristeza?

Decídmelo, yedra y alondra,
Sol y espuma,
¡decídmelo ahora!


BECERRIL DE CAMPOS
Gilbert Luis Centina III


Aquí, el vino aproxima a la sangre.
La uva es vid, ausencia de las hojas
Y el tiempo. Un hermano del trigo.

Cuando la divinidad es soledad.
Titilan tus ojos: ¡noche!
Te suenas la nariz, y los cuervos
Vienen brincando entre dos luces.
No busques palmas en Becerril.

No hay vacas sagradas en Becerril--
Sólo corderos tímidos que lamen
El sudor salado de tus dedos.
Quien sueña con los bambúes
Debiera ser ciego. Mira.
Los advenedizos sienten frío.

Becerril:
Campos y tierra.
Y mucho azul.


INVITACIÓN A UNA JAULA
G. Burce-Bunao


Recuerdo que me dijiste:

Para amar no son necesarios

la sortija y el velo.

Pero ahora me dices:

Cansado estoy del nido,

ámame en la jaula,

en la jaula del matrimonio.

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