sábado, noviembre 26, 2011

Joseph Alas y Láus: ¡el próximo superestrella del fútbol filipino!



Joseph "Josefiño" Alas Láus (21 de noviembre de 1994) es un jugador de fútbol filipino de la Ciudad de Pásig, Metro Manila. Ahora está con sede en Kuala Lumpur, Malasia, donde continúa sus estudios de secundaria.

Durante su breve carrera en Filipinas jugó con La Salle Greenhills, Makati Football Club, Unión Football Club, y Alabang Football Club. En Malasia jugó para Mont'Kiara Football Club y actualmente está jugando con Mont'Kiara International School y la Academia Internacional de Fútbol (International Soccer Academy).

Está bien dotado con amplia experiencia en el fútbol de Suecia, España, Dinamarca, Malasia, Singapur, y Filipinas, Joseph es también por única vez el jugador más destacado en Makati Football School (2009). Sueña que algún día juegue profesionalmente en Inglaterra, España, y los EE.UU. Pero lo que aspira más que nada es que un día pueda jugar para su amado país en la Copa Mundial de la Federación Internacional de Fútbol Asociación (FIFA). Cuando no está jugando al fútbol, Joseph también se involucra en el baloncesto.

Joseph habla cuatro lenguajes: tagalo, inglés, francés, y español.


Josefiño en camisa amarilla (#20) y pantalones cortos azules.

Para más información de este joven filipino, visiten estos sitios:

Sitio web:
http://www.wix.com/joester_alas/josefino
Facebook Fanpage:
http://www.facebook.com/pages/Joseph-Alas/151964558196325

jueves, noviembre 24, 2011

miércoles, noviembre 23, 2011

martes, noviembre 22, 2011

Academias de la lengua española se reúnen para discutir el futuro del idioma



Un centenar de miembros de las academias de la lengua española de 22 países comenzaron hoy en Panamá sus trabajos para repasar la situación del español en el mundo y coordinar sus proyectos para los próximos años.

Los especialistas comenzaron las tareas preliminares del XIV Congreso de la Asociación de Academias de la Lengua Española, Asale, que hasta el próximo viernes presentará ponencias sobre lenguaje y literatura y debatirá el modo de mejorar su trabajo.

Las reuniones de trabajo fueron inauguradas por el director de la Real Academia Española, José Manuel Blecua, ante la anfitriona, la directora de la Academia Panameña, Berna Pérez Ayala de Burrell.

"Es una reunión dedicada a nuestra lengua", dijo el peruano Mario Vargas Llosa, uno de los académicos participantes en el encuentro, mientras saludaba a la ministra panameña de Educación, Lucy Molinar.

Vargas Llosa participó hoy en un coloquio con unos 150 maestros procedentes de todo Panamá para hablar de la enseñanza del español más allá de la gramática. “Los primeros años del colegio son fundamentales para crear buenos lectores", dijo el premio Nobel de Literatura, que aseguró que los maestros de español tienen una "enorme responsabilidad" para que las nuevas generaciones empiecen a hablar bien y, sobre todo, "a matizar para tener un pensamiento claro y profundo".

El autor peruano lamentó que algunos Gobiernos no sean conscientes de esto y lo descuiden en sus planes de estudio.

Durante este Congreso se presentarán unas 38 ponencias que abarcan una gran amplitud de temas de ortografía, literatura, gramática, etcétera.

*******

Este artículo fue publicado por primera vez en El Mundo hace unos días. Ahora me pregunto: ¿estábamos representados en esta reunión? Si es así ¿quiénes? ¿Asistieron los miembros de la Academia Filipina de la Lengua Española? Debe tenerse en cuenta que el porvenir del lenguaje español es más importante aquí en Filipinas (donde este tema ha sido polémico desde hace muchas décadas) que en cualquier otra parte del mundo hispánico especialmente hoy en día.

sábado, noviembre 19, 2011

La policía arresta a la expresidenta filipina Arroyo por fraude electoral

La policía arresta a la expresidenta filipina Arroyo por fraude electoral
La orden de arresto ha sido emitida poco después de que el Tribunal Supremo rechazara una moción del Gobierno para que se prohibiera su posible salida al extranjero


La expresidenta Gloria Macapagal Arroyo ha sido puesta bajo custodia policial en un hospital de Manila, tras ser acusada formalmente por la Comisión Electoral de fraude en los comicios legislativos de 2007. El delito imputado a Arroyo se condena con hasta 40 años de prisión, según contempla la legislación del país.



Al menos tres agentes entraron la clínica de Saint Luke, en la que está hospitalizada Arroyo, y ejecutaron la orden emitida por el Tribunal Regional de Pásay, en Manila. De momento, la acusada, de 64 años, queda bajo custodia policial en ese centro hospitalario donde se recupera de una reciente operación de la columna vertebral y de un problema en la glándula tiroides.

Un tribunal filipino emitía esta mañana una orden de arresto contra la expresidenta por supuesto fraude poco después de que el Tribunal Supremo rechazara una moción del Gobierno para que se le prohibieran los viajes al extranjero.

"Tras determinar que existe una probable causa, el tribunal ha emitido una orden de arresto contra la acusada", ha declarado un miembro del tribunal a los periodistas. Las personas encausadas por fraude electoral no tienen derecho a libertad bajo fianza.

Arroyo tenía previsto viajar este mismo viernes a Singapur para someterse a tratamiento médico, poco después de que el Supremo rechazara una moción del Gobierno para impedirle los viajes al extranjero y determinara, por tanto, que la exmandataria es libre para salir de Filipinas.

El Supremo ha ordenado también a la ministra de Justicia, Leila de Lima, que explique en un plazo máximo de diez días por qué desacató una decisión del propio tribunal.

El pasado martes, las autoridades impidieron salir del país a la exmandataria y a su marido, José Miguel Arroyo, a pesar de que el Tribunal Supremo había ordenado que se levantase la prohibición de viaje que pesaba sobre ellos por presunto fraude electoral.

*******

Noticia y foto de El País (Internacional).

Entrevista al académico y escritor filipino, Macario Ofilada


Foto del Sr. Ofilada, tomada el mes pasado.

Macario Ofilada y Mina (Manila, 1971) es una figura de primer nivel de la cultura filipina.

Es hispanista, estudioso de filosofía y teología, profesor y escritor. Se formó en la Universidad de Santo Tomás de Manila y consiguió un doctorado en filosofía, con matrícula de honor, en la Universidad de Salamanca.

Numerosos son sus títulos: libros, ensayos, artículos y colaboraciones tanto en inglés como en español; siendo especialista de Juan de la Cruz ha publicado el precioso libro San Juan de la Cruz: el sentido experiencial del conocimiento de Dios (Burgos, Monte Carmelo, 2002). Otras publicaciones de tema filosófico son Experience, reality and beauty: from the aesthetics of ontology to the mystagogy of art in metaphysics (UST Press, 2002) y Augustinus, Homo Religiosus: explorations on man's religious & philosophical search (San Agustín Museum, 2005). Al mismo tiempo se ha ocupado de temas filipinos, suyo es el libro Errante golondrina (2003), una bien documentada biografía sobre Josephine Bracken, prometida y secreta esposa del escritor y patriota José Rizal y antepasada del mismo Ofilada; también ha colaborado, entre otros, en la publicación del magnífico libro Fabián de la Rosa and his times (J. B. Vargas Museum, 2007), coordinado por Ana Labrador. Personalidad intelectual relevante de Filipinas, Ofilada ha recibido varios reconocimientos internacionales. Es el miembro más joven de la Academia Filipina de la Lengua. Actualmente reside en Manila y es profesor en el Instituto Cervantes y en otros centros docentes.

Hace poco, Macario Ofilada III nos ha concedido esta entrevista.

AG: Ante todo, quiero agradecerle la disponibilidad por esta entrevista.

Siendo usted miembro de la Academia Filipina, empezaría con una pregunta sobre el castellano en su país. En diciembre de 2007 vuestra presidenta, la sra. Gloria M. Arroyo (que también es miembro de la citada academia), anunció, en Madrid, que en Filipinas se volverá a instaurar la enseñanza obligatoria del español y en su discurso enfatizó el legado común que los filipinos compartís con las demás naciones de habla castellana. Esta idea de reestablecer un papel semi-oficial para el idioma español (como era antes de 1986) y de fomentar el estudio y difusión del mismo, ¿le parece oportuna y factible? ¿Cuáles son las razones que han permitido que se abandonara el español en los años ochenta y cuáles las que ahora provocarían el efecto contrario?

MO: Yo creo que sí, se puede hacer pero no sin mucha dificultad. Y desde luego me parece oportuno. Para mí, el español no debería considerarse una lengua extranjera para los filipinos. El español lo aprendí en casa antes de empezar con el tagalo. Por así decirlo “mamé” en español, gracias sobre todo a mi familia, a la rama materna. No podría comprenderse el alma filipina sin la herencia española. De hecho, me atrevería a decir, un tercio del alma filipina es española. No podemos negar la facticidad histórica. Pero, repito, no va a ser fácil. Hay que tener en cuenta que el español, en Filipinas, nunca ha llegado a ser idioma del pueblo. Los misioneros adoptaron otra metodología: la de aprender las lenguas indígenas. Así se redactaron las primeras gramáticas y los primeros diccionarios de las lenguas filipinas. Y, desafortunadamente, desde aquellos años gloriosos de nacionalismo del siglo XIX, el español se ha identificado como lengua de las clases dirigentes, de los colonizadores, de los frailes que colaboraron con las autoridades civiles en la represión de los indígenas. Por así decirlo el español tuvo mala prensa. Sin embargo, los filipinos en su mayoría, pese a su ignorancia del español o a su aversión a la lengua por ser idioma de los colonizadores, siempre han tenido fascinación por el español. En un país pobre, donde perviven las clases sociales prehispánicas e hispanas, muchos quieren “trepar”; muchos quieren identificarse con la nobleza o la clase alta. El filipino quiere “subir” o “trepar”, esto es, presumir de su sangre española a la vez afirmando que los españoles hicieron incontables maldades o atrocidades durante los cuatro siglos de colonización inmortalizadas sobre todo por las novelas de Rizal, Noli Me Tangere y El Filibusterismo, ambas escritas en español, la lengua franca de la clase media o de la clase intelectual de entonces. Creo que hay una actitud ambivalente con respecto al español. En realidad, el abandono del español comenzó en la década de los 70 con la constitución promulgada por Marcos. Yo creo que esto se debió a razones más bien pragmáticas. El español prácticamente ya había desaparecido y Marcos quería reinventarse o recrearse (y recrear el país) conforme al modelo de la realeza prehispánica (los “Maharlika”). Por eso, desató un proceso de nacionalismo anclado en esta fascinación con el fin pragmático de justificar su régimen. Este proceso de auto-recreación del pueblo continuó en 1986, con la revolución que expulsó a Marcos, y con la constitución promulgada por Aquino en 1987. Los filipinos seguimos con este proceso de descubrir el meollo de nuestra identidad, a la vez nos auto-recreamos, frente a los nuevos retos de globalización, en los que reconocemos, por fin, las ventajas, otra vez pragmáticas o económicas, de aprender el español.

AG: Aunque hoy en día el español se promueva principalmente por razones económicas, ¿piensa usted que el mundo intelectual filipino se da cuenta de la importancia de lo hispano en vuestra cultura e historia? ¿Lo sabe valorar y promocionar y es capaz de sensibilizar la pública opinión sobre este aspecto de vuestra cultura o en cambio sigue siendo un tema totalmente marginal dentro del debate cultural filipino?

MO: Los intelectuales filipinos siempre han tenido en cuenta la importancia de lo hispano. De ello, no cabe duda. Sería otro cantar decir que siempre lo han reconocido explícitamente. Desde siempre, los intelectuales han valorado el español, incluso hasta el punto de estudiarlo o fingir que son descendientes de mestizos de español o que lo hablaban antes en sus domicilios, pero gracias a la formación gringa ya lo han olvidado. Estas excusas me parecen propias de trepadores o mentirosos, que abundan en este país (y que Rizal inmortalizó con el personaje de Dª. Victorina de Espadaña), pero forman parte de lo que yo he denominado “proceso de auto-recreación” dentro del contexto largo y fatigoso de la búsqueda de la identidad nacional.

Sin embargo, la clase intelectual aquí en Filipinas siempre ha sido la “elite”. No son la masa. Aquí yo creo en la tesis orteguiana de la “Rebelión de las Masas” o por lo menos en sus principios básicos. La clase intelectual apenas logra influir al pueblo. Los pocos que verdaderamente saben español entre ellos, que yo sepa, no se han interesado por difundir el español. El español era sólo para ellos. No han deseado que las masas sean “one of us” con la difusión del español. Incluso el Premio Zóbel o la fundación de la Academia Filipina de la Lengua originalmente no eran organismos para el pueblo. Desde su creación, siempre han sido para un grupo exclusivo o selecto, aunque uno de sus ganadores fue el muy “socialista” Blas Ople, Ministro de Trabajo en tiempos de Marcos que no sabía español. Yo le tengo mucho respeto, pero dejó de ser el laborista idealista de antes.

Pero todo esto puede cambiar. De hecho, ya ha habido cambios. Soy optimista al respecto ya que varios de los académicos son también profesores de la lengua española y están en la vanguardia de la difusión del español. Pero la percepción general es que el español es para la elite. Esto es difícil de cambiar. Muchos de mis estudiantes lo estudian porque quieren formar parte de dicha elite.

AG: Como bien acaba de mencionar, una de las instituciones cuya función es el amparo y promoción del idioma, es la Academia Filipina de la Lengua Española. ¿Cuáles son las iniciativas de estudio, investigación, promoción y divulgación de la cultura hispanofilipina, entendida tanto como patrimonio lingüístico, cuanto como corpus literario, que dicha academia pone en acción? ¿Lo que se hace le parece adecuado? y si no, ¿cuáles serían sus propuestas?

MO: Hasta hace poco la academia ha sido un club de intelectuales, de familias bien o de ascendencia española, sin mucha preocupación por la promoción o divulgación de lo hispánico. En su época gloriosa se produjo un cuerpo de obras literarias de alta calidad, pero no era literatura para las masas. Entonces, había pocos profesores de español en la academia. Ahora, más de la mitad son profesores o docentes. Y creo que es ahí donde puede comenzar un giro copernicano. La academia va a ser ahora una academia de pedagogos, de iniciadores, de divulgadores aunque sigue habiendo especialistas de disciplinas “elitistas” como la filosofía, la literatura, las ciencias económicas, la historia, etc. En otras palabras, la academia, a mi entender, se está convirtiendo en un organismo pedagógico aportando nuevos puntos de vista desde los que puede reevaluarse la situación de la lengua española por estos pagos. Con esta nueva perspectiva, muchas cosas podrán llevarse a cabo. Ahora es preciso también tomar medidas concretas. Una de ellas es buscar subvenciones, pues por mucha buena intención que tengas si no recibes apoyo económico estás condenado al fracaso.

AG: Otra institución que nombró antes y que promueve la cultura hispánica entendida como legado autóctono y propio de vuestro pasado es el Premio Zóbel, el premio literario más antiguo del país. Es una institución privada y, como dice usted, se caracterizó por cierto elitismo; sin embargo, ¿piensa usted que puede absolver un papel importante en este proceso de redescubrimiento de la cultura filipina?

MO: Por supuesto. Pero el Premio Zóbel ha cambiado mucho a lo largo del tiempo. Precisemos. De premio literario se ha convertido en premio de hispanidad. Actualmente dista mucho de su intención original. El hecho de que ganara un hombre de letras sin ninguna publicación en español como Blas Ople deja patente esto; o que una ilustre embajadora filipina, con raíces filhispanas, hubiera ganado el premio sin ninguna publicación en español. Esto no era lo que llaman en latín la intentio auctoris. Los tiempos cambian. Hace un par de años, salió un estudio histórico competente sobre este premio, cuya historia está vinculada a la Academia Filipina. Esta obra traza en líneas generales, con tonos siempre positivos y a veces no del todo claros, la evolución del premio. Yo creo que el Premio Zóbel tiene que redefinirse o, mejor dicho, aclararse y despertarse de un letargo bastante largo. Además, es un premio controlado por una familia, identificada con la elite y muy alejada de las masas. Esto hay que reconocerlo. Para un filipino típico, los Zóbel y Ayala son nuestra versión de la familia real española. Hasta ahora se les llama a distinguidos miembros de esta familia con el apelativo respetuoso de “Don” o “Doña” y el filipino típico no sabe que no hace falta ser muy rico para que te llamen “Don” o “Doña”. En español “Don” y “Doña” tienen otro significado. Incluso el pastor de cabras en Calvarrasa de Abajo en Salamanca es un “Don” en cualquier documento legal en el que aparezca su nombre, o el pobre párroco de Caen en los Picos de Europa en León, quien jugaba al parchís con los pastores y agricultores después de comer, era un “Don”. Aunque no soy rico, en español, soy “Don Macario”. Cuando leí la tesis en Salamanca el presidente del tribunal me llamaba “Don Macario” y me hablaba de “usted” y yo también a él durante aquellas cuatro horas que me parecían interminables. Mi título de doctor o de académico de la Academia Filipina lo certifican. En cambio, aquí en Filipinas el uso es distinto. Para el filipino típico lo hispánico es elitista de tal manera que los títulos españoles de cortesía como “Señor” o “Don” aquí sólo se emplean para la elite. No hay manera de cambiar la situación.

AG: El Zóbel surgió y prosperó como premio literario, y como bien afirmó, ha ido perdiendo su caracterización de premio literario. A propósito de las letras hispanofilipinas, después de décadas de un progresivo languidecer que presumía la definitiva muerte, hay que reconocer que actualmente se registran pequeñas señales de vitalidad y renovado interés; esto ocurre justo cuando ya casi no existe una minoría hispanohablante como, diversamente, existía en los 50 y 60. ¿Cómo interpretaría usted esta nueva sensibilidad?

MO: Como ya he dicho, todo eso se debe a esa ambivalencia frente al español. Esta ambivalencia, particularmente con la polarización elite-masa en este país del tercer mundo, pervive. Y gracias, sobre todo, al romanticismo inherente de los filipinos. Nosotros soñamos con los tiempos antiguos, cuando se vivía mejor… en 1986 muchos condenaron a Marcos pero ahora muchos añoran aquellos años de la ley marcial. En 2001 muchos condenaron al entonces presidente Estrada pero con este gobierno que tenemos, muchos añoran esos años. Los filipinos añoramos mucho y es inevitable que nos topemos con lo hispánico en nuestros ensueños utópicos. No se puede negar que los colonizadores españoles nos dieron el sentido de ser un pueblo distinto con una historia en el sentido dinámico. La historia filipina comenzó con la división entre lo prehispánico y lo hispánico. Para mí, lo hispánico supuso la conciencia colectiva de ser una nación con un destino, con muchos retos.

AG: Esta vitalidad de la creación literaria en lengua castellana presenta otro aspecto curioso, muchos de los no numerosos autores que, como usted, cultivan las letras en castellano, aunque vinculados a Filipinas, viven fuera y casi les podríamos definir plumas de la “diáspora”. Autores como Edmundo Farolán Romero, Elizabeth Medina, Edwin Agustín Lozada y Paulina Constancia, han vivido o siguen viviendo en países anglohablantes, sin embargo, curiosamente privilegian la lengua castellana para su expresión artística, ¿cómo explicaría este curioso fenómeno?

MO: Hay un dicho en inglés que más o menos suena en castellano así: “puedes quitar al hombre de su pueblo pero no puedes quitarle el pueblo al hombre”. Además la distancia favorece la objetividad y sobre todo el romanticismo, la añoranza inherente de los filipinos, el deseo utópico, la búsqueda del paraíso perdido o, como dijera Rizal, “nuestro perdido edén”. Rizal, bajo España, añoraba la Filipinas de los tiempos pasados y no de ese período decadente del imperio español que le tocó vivir. A esa generación de Rizal, formada por hombres excepcionales que bebieron de lo hispánico para forjar la primera fase del nacionalismo filipino, le tocó vivir los últimos años del imperio español que, como Roma en su día, estaba ya para caerse. A la vez, cabe recordar a la generación del 98 de pensadores españoles. Éstos coincidían con nuestros nacionalistas del siglo XIX.

AG: Enfocando este tema de la herencia hispánica desde un punto de vista más personal, volvería a lo del principio y quisiera preguntarle algo más sobre la costumbre familiar de hablar el castellano en su hogar.

MO: Como ya queda dicho, aprendí el castellano en casa. Yo sigo hablando con mis tíos en español. Pero mis primos, quienes habían comenzado a hablar en castellano, no lo hablan. Digamos que “Soy el último de Filipinas”, séame permitido emplear el título de una película conocida. Estas nuevas generaciones o estos nuevos profesores de español, muchos de los cuales han llegado a tener un dominio excelente del mismo, ya hablan un español importado. No es el español de estos pagos, cuya raíz era el asentamiento definitivo de los españoles con el Adelantado Miguel López de Legazpi.

AG: Algunas de sus publicaciones están escritas en español evidentemente por razones editoriales y temáticas (como en el caso de los estudios sobre Juan de la Cruz). Sin embargo, usted publicó en español algún – a mi juicio, precioso – poema en castellano y sé que usted tiene en el cajón mucho que merecería salir a la luz. ¿Qué rol y espacio tiene la lengua española en su escritura? ¿Cuáles son los valores sentimentales, afectivos, espirituales que reconoce en esta lengua como para justificar la creación literaria?

MO: Muchas gracias por tus palabras acerca de mi obra poética no muy extendida. Todos mis poemas, incluso los que yo escribí en ingles, fueron pensados primero en español. Por eso puedo decirte sin rubor que todos tienen alma española. Es un reconocimiento de mis orígenes. Yo soy filipino, pero con un tercio del alma que es español. No el español del siglo XX, pero tal vez del siglo XIX, en estas islas, pues yo viví esta cultura que se llama cultura “fil-hispana”. Mejor dicho, soy filhispano. Es ésta la raíz de mi ser de la que ha brotado un vástago complejo adquiriendo muchos registros culturales desde fuera (sobre todo desde la cultura norteamericana) en un diálogo continuo (o incluso dialéctica interminable) con lo prehispánico que pervive envuelto en lo hispánico del siglo XIX. Yo creo que todo esto también se debe a mi espiritualidad personal. Yo rezo en castellano. Hablo con Dios en castellano, a veces en tagalo y sólo le hablo a Dios en inglés en misa o en público. Pero mi coloquio íntimo con Dios siempre es en castellano o en latín. El latín es otra cosa. Lo practico para no olvidarlo. Rezo en castellano para no olvidarme, para no olvidar quién soy yo.

AG: Usted en sus libros se ha ocupado del tema de la cultura filipina entre los siglos XIX y XX como por ejemplo en Errante golondrina o en el libro, a cargo de Ana Labrador, dedicado al pintor filipino Fabián de la Rosa. Tengo la impresión de que hoy en día le falta a la mayoría de sus connacionales (y, por supuesto, me refiero a los que tienen instrucción) una perspectiva histórica que sepa ver, reconocer como propios y apreciar los vestigios (artísticos, literarios, arquitectónicos, etc.) de su reciente pasado, ¿comparte usted esta impresión? ¿Y cómo explicaría esta aptitud de aparente indiferencia?

MO: Estoy totalmente de acuerdo contigo si bien matizaría algunas de tus afirmaciones. Otra vez, volvemos a esa ambivalencia ya mencionada. Muchos historiadores filipinos, por ejemplo, saben que el español es imprescindible para estudiar la historia e identidad filipinas. Yo conozco a muchos de éstos que sólo son capaces de hablar tres o cuatro frases y se acabó. Ellos, en general, tienen una actitud demasiado crítica respecto a la herencia española pero tampoco pueden soslayarla. Por eso, pontifican. Quieren aparentar ser conocedores de lo hispánico aunque no lo son (o por lo menos saben cuatro frases). Quieren justificar su actitud y a la vez esconder sus carencias. Igualmente, aunque no lo quieran reconocer, les fascina lo hispánico. También reconocen que con su falta de formación no pueden penetrar en lo hispánico como los estudiosos que saben español. Siempre escribirán sus historias “desde fuera”, nunca “desde dentro” fingiendo que tienen acceso a lo interior de lo hispánico. Y no lo tienen. No es fácil dar una respuesta nítida a tu pregunta importantísima. Yo por lo menos puedo aludir a esta ambivalencia que tal vez pueda proporcionarnos claves para esclarecer el sentido de la situación que tú describes. De momento, podemos decir, sin titubeos, que la aparente indiferencia es la momentánea resolución o síntesis de las dos antítesis que componen la ambivalencia filipina con respecto a lo hispánico.

AG: Para terminar, y agradeciéndole su amabilidad, no puedo no preguntarle cuáles son sus futuros proyectos y si saldrá pronto un nuevo libro.

MO: Personalmente, prefiero callarme sobre mis futuros proyectos. Desde luego, se necesitarán tiempo, energía y musa. Para derramar ríos de tinta, son necesarios estos tres elementos. El tiempo y la energía se buscan en la soledad y en el descanso, luchando con delirio contra la inevitable caducidad. Pero no se busca a la musa. Ésta te viene, te visita de noche. Para mí, todos mis libros y escritos son noches oscuras interminables. Por eso, me callo. Los guardo bajo la oscuridad. Por sí mismas, contando con la misericordia de Dios, mis noches revelan su verdadera dimensión: una luz oculta en su deponencia hacia los otros en el silencio compartido en la oscuridad.


Andrea Gallo (Venezia, 1974). Licenciado y doctorado por la Università Ca' Foscari de Venecia, DEA de la Universidad de Valladolid, Doctorando de la Universidad de Sevilla. Ha publicado en Rassegna Iberistica, Annali di Ca' Foscari, Cuaderno Internacional de Estudios Humanísticos y Literatura, Humanities, Critica letteraria, Otto/Novecento, Archivi del Nuovo, Forum Italicum, Studi Medievali e Moderni, Tonos Digital, Revista Filipina, www.escritorasypensadoras.es.

*******

Este artículo fue publicado por primera vez en el sitio web Destiempos. Fue compartido a mi en Facebook por mi amigo Juan Luis García.

martes, noviembre 15, 2011

Juan Llorón Márquez: juega sucio



A los admiradores de Márquez, ved cómo vuestro ídolo ha engañado desesperadamente en su pelea contra Pacman el sábado pasado. Mirad los pies de este "héroe" mexicano.



Después de ver este vídeo, estoy realmente convencido de que Juan Llorón Márquez mereció perder. Un tramposo no merece ser un campeón.

Qué tramposo. Qué vergüenza. Qué asco. Qué etcétera.

domingo, noviembre 13, 2011

¡Pacquiáo gana de nuevo! Sin embargo...

...muchos que han visto la pelea de boxeo dudaron la victoria de Pacman. Pacman ganó por decisión mayoritaria: 114-114, 115-113, 116-112.



En cada movimiento de Márquez, estaba claro que se puede ver que él había estudiado a fondo el estilo de lucha de Pacman, y fue más mejor que la última vez. Y en su favor, Márquez se ha calculado el plan de batalla del filipino guerrero en una manera uniforme e impresionante.

Sin embargo, cabe destacar que todas las peleas de boxeo de Pacquiáo y Márquez no están exentos de cualquier controversia. En su primera reunión en 2004, por ejemplo, el partido terminó en empate pero mucha gente se creyó que Pacquiáo ganó ya que lo hizo caer Márquez tres veces en el primer round. Pelearon de nuevo en 2008. Pacquiáo ganó por decisión dividida en ese tiempo. Pero esa vez muchas personas creían que fue el gran momento de Márquez.

Este último combate no es diferente. Pero en mi opinión Márquez merece perder. Es un llorón desde entonces, un boxeador muy jactancioso. Le falta la humildad. Después de round 12, Márquez se alabado mientras que Pacquiáo oró al Señor Dios.

Ahorita mucha gente (hasta unos filipinos) duda y protesta la victoria de Pacman. Pero ¿somos expertos en el boxeo? Aparte de lo que vimos en ese partido, ¿cuánto sabemos realmente acerca de cómo se marcarán un combate de boxeo? Aquí es el resumen del combate:

Pacquiáo hizo 578 puñetazos; le dió 176
Márquez hizo 436 puñetazos; le dió 138

PUÑETAZOS DIRECTOS (JABS)
Pacquiáo hizo 304 jabs; le dió 59
Márquez hizo 182 jabs; le dió 38.

POWER PUNCHES
Pacquiáo hizo 274 power punches; le dió 117
Márquez hizo 254 power punches; le dió 100


Si hay errores en los resultados, no es culpa de Pacman.

De todas formas, cualesquiera sean los resultados, Manny Pacquiáo sigue siendo el mejor boxeador peso por peso en el mundo entero. Y esa es la pura verdad.

¡Felicitaciones de nuevo, Manny Pacquiáo, el orgullo de la tierra filipina!

¡Pacquiáo contra Márquez en vivo en línea!



Hagan clic aquí para mirar hoy la emisión en línea de la tercera —y la última— pelea de boxeo entre Manny "Pacman" Pacquiáo y Juan Manuel "Boca Grande" Márquez.

Río Subterráneo de Puerto Princesa (Siete maravillas naturales del mundo

¡Buena noticia! Nuestro queridísimo Río Subterráneo de Puerto Princesa en la Provincia de Palawan fue seleccionado ayer como una de las Siete Maravillas Naturales del Mundo.


Mi prima Ann Cecil Évora (en gorra azul) con amigas afuera del Río Subterráneo de Puerto Princesa.


Aquí está la lista completa:

1) La Montaña de la Mesa (Sudáfrica)
2) Las Cataratas del Iguazú (entre Argentina y Brasil)
3) La Bahía de Ha-Long (Vietnam)
4) El Río Subterráneo de Puerto Princesa (Filipinas)
5) La Isla Jeju (Corea del Sur)
6) El Parque Nacional de Komodo (en Indonesia)
7) La Selva Amazónica (en Bolivia, Brasil, Colombia, Ecuador, Guayana Francesa, Guyana, Perú, Surinam, y Venezuela)

¡Este es un momento de orgullo para todos nosotros filipinos!

jueves, noviembre 10, 2011

Segundo Congreso de Español Como Lengua Extranjera En Asia-Pacífico



II CONGRESO DE ESPAÑOL COMO LENGUA EXTRANJERA EN ASIA-PACÍFICO: Competencias y estrategias docentes en el contexto de Asia-Pacífico. 24 y 25 de noviembre de 2011 en Instituto Cervantes de Manila. Hagan clic aquí para más información.

domingo, noviembre 06, 2011

El Trío Los Panchos



El Trío Los Panchos (a veces Los Panchos) fue un famoso trío musical internacional que se formó en la ciudad de Nueva York, Estados Unidos en 1944. Los miembros son El Güero (Alfredo Bojalil Gil), Chucho Navarro (Jesús Navarro Moreno), y Hernando Avilés (Herminio Avilés Negrón). El Güero y Navarro son mejicanos; Avilés es de Puerto Rico.

Especializaron en un género musical se llama "boleros" que originó de Cuba. El Güero tocaba el requinto. Los otros dos, Navarro y Avilés, tocaban la guitarra. Pero todos de ellos eran vocalistas. Más tarde Avilés abandonó el grupo, entonces El Güero y Navarro convocaron a una audición. Muchos músicos tales como Julito Rodríguez, Johnny Albino, Enrique Cáceres, y otros juntaron el grupo durante varios tiempos de la existencia del trío.

Los Panchos ganaron fama internacional con sus boleros románticos, particularmente en América Latina y hasta aquí en Filipinas (a pesar de la disminución del lenguaje español). Sus canciones fueron muy popular durante las décadas 40 hasta 60 (especialmente durante la era de Albino). Recuerdo que mi difunto abuelo, Godofredo "Godò" Alas, solía canturrear "Solamente Una Vez" (una obra del legendario compositor mexicano Agustín Lara) cuando yo estaba de vacaciones en Unisan durante mi juventud. Esta canción es muy conocido allí hasta ahora.

El siguiente vídeo es una version de Solamente Una Vez por Cáceres, Navarro, y Gil:



Solamente una vez
Amé en la vida
Solamente una vez
Y nada más

Una vez nada más
En mi huerto
Brilló la esperanza
La esperanza que alumbra el camino
De mi soledad

Solamente una vez
Se entrega el alma
Con la dulce y total
Renunciación

Y cuando ese milagro realiza
El prodigio de amarse
Hay campanas de fiesta
Que cantan en el corazón

Una vez nada más
En mi huerto
Brilló la esperanza
La esperanza que alumbra el camino
De mi soledad

Solamente una vez
Se entrega el alma
Con la dulce y total
Renunciación

Y cuando ese milagro realiza
El prodigio de amarse
Hay campanas de fiesta
Que cantan en el corazón


Pero ¿sabíais que El Trío Los Panchos visitaron Filipinas el 1958? Y esa visita inspiraron a componer una canción muy hermosa se llama "Filipinas".



Filipinas, mi madre adorada
Del mundo admirada, por su resplandor
Filipinas, mi novia encantada
La tierra que ofrece respeto y calor

Filipinas, princesa de oriente
Tú eres la estrella que orienta mi amor

Filipinas, la tierra de mi amor
Tus hijos te adoran
Te ofrecen la sangre de su corazón

Filipinas, mi madre adorada
Del mundo admirada, por su resplandor
Filipinas, mi novia encantada
La tierra que ofrece respeto y calor

Filipinas, princesa de oriente
Tú eres la estrella que orienta mi amor

Filipinas, la tierra de mi amor
Tus hijos te adoran
Te ofrecen la sangre de su corazón


Aunque el lenguaje español ya era débil en Filipinas durante la popularidad de El Trío Los Panchos, sus canciones —todas en español— no dejaron de encantar a millones de sus admiradores filipinos que no hablan español. Este es el misterio de nuestro alma filhispánico. Nuestra hispanidad se mantiene intacta en nuestra identidad filipina.