Mientras empiezo escribir este artículo, ya son las cuatro menos cinco de la mañana, y acabamos de volver a casa. Yeyette y yo hemos traído a nuestros hijos Jefe y Juanito a un hospital cercano. Se suponía que nos traer sólo Jefe. Pero cuando estábamos a punto de salir, Juanito vomitó profusamente de repente. Jefe ha tenido fiebre bifásica desde la Víspera de Año Nuevo. Juanito tenía una fiebre solamente una vez pero perdió su apetito. Y sigue vomitando; sus materiales de desecho son acuosos. Tanto de ellos, especialmente Juanito, mostraron signos de debilidad.
Juanito (el niño rizado) se aferra al pelo de su Cuya Jefe, foto tomada en el primer día de 2012. Ya se sentaron débil.
Ayer recibí un mensaje (en Facebook) de mi suegra que el sobrino de Yeyette está en el hospital debido al dengue. Esto me alarmó porque estábamos en su casa el Día de Navidad. ¡Y su lugar tiene un montón de mosquitos!
Dengue es una enfermedad viral aguda que es común en Filipinas. Es muy mortal y se ha quitado cientos de vidas a lo largo de los años. Era mi némesis infancia: una vez tuve esta enfermedad cuando tenía ocho años. Aunque sobreviví, se produjo una marca indeleble en toda mi vida adulta: la tripanofobia.
Además de observar, le estaba pidiendo a Jefe lo que le duele y su descripción se ajusta a los síntomas clásicos del dengue (pero sin sarpullidos): fiebre, náuseas, dolor de estómago, y dolor de la cabeza (¡específicamente detrás de los ojos!).
Les llevamos los dos al hospital. Dejamos atrás Krystal y Momay en nuestro apartamento. No fui a la oficina. En el hospital, las muestras de sangre de Jefe y Juanito fueron examinados. Tras una larga espera, Yeyette y yo nos sintimos aliviados al saber que los resultados fueron negativos.
Jefe y Juanito no tienen dengue — ¡qué alivio!
Lo que tienen nomás es un tipo de infección viral. Pero Juanito se deshidrata debido a vómitos excesivos y diarrea. Ambos necesitan reposo absoluto en cama y un montón de líquidos y jugos. Después de comprar medicinas en una farmacia, volvimos a casa.
Aunque no lo creáis, ¡todo esto alboroto nos ha costado más o menos ₱4,000 (€70.54)! Verdaderamente: en Filipinas se prohibe enfermarse.
Pero bien está lo que bien termina. Y gracias a Dios, no tienen dengue o ninguna enfermedad mortal. Pero es muy difícil de ser padres. Había una vez, yo era un niño sin preocupaciones. Hoy en día estoy experimentando lo que mis padres han experimentado: tanto los placeres y los dolores de la vida.
miércoles, enero 04, 2012
Falsa alarma — mis hijos están a salvo
Etiquetas:
dengue,
falsa alarma,
Familia Alas,
infección viral,
paternidad,
tripanofobia
Suscribirse a:
Comentarios de la entrada (Atom)
6 comentarios:
Me alegro muchísimo de que tus pequeños estén bien :).
Por cierto cuando dices "sus materiales de desecho son acuosos" ¿te refieres a que tienen diarrea (en inglés es diarrhea)?.
Lo dicho, os deseo lo mejor y espero que el sobrino de Yeyette tenga suerte y se cure como tú cuando eras pequeño :).
Sí, me refiero a diarrea. Gracias por tu comentario. =)
Que bueno que estén tus hijos bien Pepé, Saludos ;)
Gracias, Alarios. Juanito se ha mejorado ya. Pero Jefe, no: descubrimos ayer que tiene neumonía. =(
que mal, Pepe, cuiden mucho a Jefe y con la ayuda de Dios saldrá todo bien.
Sí, lo haremos. Gracias, amigo. =)
Publicar un comentario