jueves, abril 01, 2010

Ritos tradicionales de Semana Santa


Foto sacada de AsiaNews.it

Es Jueves Santo por la mañana. Desde el lunes hasta ayer comenzó en muchos sitios de Filipinas, incluyendo Metro Manila, la lectura familiar y vecinal de la "Pabasa" (lectura) cantada a capella al son de una música tradicional con participantes que se relevan en el canto pues es una pieza muy larga que pueden tardarse hasta 24 horas en acabarla. Normalmente lo patroniza una familia que se encarga también de proporcionar refrescos y pinchos a los que se allegan a cantar. Es una pieza escrita en Tagalog hacia finales del siglo XVII por Gaspar Aquino de Belén, un escritor filipino que conocía bien el castellano y fué poeta y traductor. Hacia principios del siglo XVIII se imprimió y publicó el texto con el título Mahal na Pasion ni Jesu Christong Panginoon Natin na Tola (Poema de la Santa Pasión de Nuestro Señor Jesucristo) que tuvo un éxito explosivo. Es un texto más bien catequético y didáctico, narra la historia de la salvación desde la creación del hombre hasta la muerte de Cristo en estrofas de cinco versos octosilábicos. La práctica de cantarlo debe tener bastante con la recitación de historias en verso que fueron comunes tanto en la Europa medieval como en Filipinas antes de la llegada de los españoles y que se extendió hasta bein entrado el siglo XIX con la introducción de la enseñnza libre para todos. Es una manera de comunicar y transmitir tradiciones de generación en generación cuando no había imprenta y cuando había pocos que supieran leer.

Esta mañana empiezan también a verse grupos de dos o tres flagelantes paseando por los barrios, la cabeza cubierta y flagelándose la espalda con unas cuerdas que llevan palitos de bambú y nudos en sus extremos. Con ellos va otro que se encarga de vez en cuando de slapicales con agua para refrescarles (es el tiempo más caluroso del año) y opara evitar infecciones en las heridas que se hacen. La práctica, que yo ví desde mi ventana por muchos años hasta que me cambié de vivienda, no atrae a gente a no ser algún curioso y un grupo de niños y se hace con tranquilidad y sin aspavientos. Creo que esta es una costumbre adoptada de tradiciones populares en España, acabo de leer en el ABC lo siguiente observado en un pueblo de La Rioja y que en su ejecución se parece mucho a como lo hacen en Filipinas, solo que en Filipinas la práctica no está sancionada.:

Los penitentes, normalmente descalzos y vestidos con una túnica con la espalda descubierta y con una capucha que les cubre la cabeza, se flagelan con gruesas cuerdas en la espalda, mientras sus asistentes les explotan las ampollas con vidrios. Se golpean por encima del hombro alternativamente, a izquierda y derecha, durante un tiempo variable según cada disciplinante, pero que suele ser de unos veinte minutos y entre 800 y 1.000 golpes, hasta que el acompañante y el práctico decidan el momento de ser pinchado. Llegado este momento, el penitente se inclina y coloca la cabeza entre las piernas del práctico, que le golpea levemente tres veces cada lado de la espalda, en la zona lumbar, para que brote un poquito de sangre, que evite molestias posteriores, pero nunca para mortificar más o aumentar el sufrimiento.

Después el penitente se golpea quince o veinte veces más. El utensilio que tradicionalmente se utiliza para ‘picar’ se denomina ‘esponja’ y consiste en una bola de cera virgen con seis cristales incrustados de dos en dos, de manera que cada disciplinante recibe doce pinchazos. Finalizada la penitencia, disciplinante y acompañante vuelven a la cofradía, donde el practicante le lava y cura las pequeñas heridas con agua de romero y con meticulosidad. Quien desee disciplinarse debe cumplir una serie de requisitos: ser mayor de edad, varón y disponer de un certificado de su párroco, que acredite su sentido cristiano y su buena fe. Una vez cumplidos éstos, acudirá a la sede donde se le asignará un acompañante, hermano de la cofradía, que le servirá de guía, ayuda, consejo y protección, durante el tiempo de su penitencia.


También hay casos de crucifixión de personas, un ritual morboso que atrae a mucha gente, pero de eso ya da buena cuenta la prensa amarilla que cree que semana santa en Filipinas es solo eso.

Saludos,

José R. Perdigon
(una carta suya para los miembros del Círculo Hispano-Filipino)

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Buena la aclaración, porque todos los años en tiempo de Pascua muestran imágenes de los crucificados en Filipinas, es la única imagen que se transmite al mundo.
Daniel Montevideo

José dijo...

Qué bonito, lo que se parecen las celebraciones de Filipinas y España. Realmente la gente vive la Semana Santa con pasión en nuestros dos países hermanos.