domingo, enero 25, 2015

Leyendo un poema de Manuel Bernabé a mi hija bebé


¡POETAS...!
Manuel Bernabé
Al viejo pensador, Juan M. de León

     El hombre universal es sólo un átomo
de limo sin calor de acre ceniza;
diminuta fracción que representa
la humanidad en el dolor caída
     pero a veces ese átomo sombrío,
cuando un sol desde arriba le ilumina,
como el polvo del cálido desierto,
               se incendia un punto y... brilla.

     Y como el hombre, arcilla maleable
que informa el genio de Voltaire y de Hugo,
son los partos eternos de los hombres
forjados en la sombra, los tumultos.
     Cuando después de secular eclipse,
rompimiento de luz despierta al vulgo,
un sol también en nuestras frentes arde,
               y un alma rompe el yugo.

     Yo soy de origen pobre; porque es pobre
el origen del mártir y del paria;
pero lleva la médula y el nervio
de la progenie madre: de mi raza.
     ¡Atrás, atrás, los títeres de barro!
¡Sursum corda, cosacos de la pampa!
—La llama brota del continuo choque
               y ¡el triunfo es una llama!

     Filipinas, la anónima odalisca
condenada a capricho de gigantes,
la que engendrara la explosión volcánica
de un beso de rajahs y de sultanes;
     la que no ríe, que no canta apenas,
—sirena adormilada entre los mares
y más que Job sarnoso, sacrifica
               atletas, sabios, mártires;

     ¿Acaso morirá? El viejo músculo,
la inolvidable tradición indígena,
restos vivientes del racial naufragio,
reminisciencias de la edad antigua;
     no han muerto aún: no morirán. Por eso
en la tierra del sol y del kundiman,
el amor es verdad, verdad la idea...
               ¡la muerte es ya mentira!

     Nunca insultéis a una nación en ciernes;
dejad soñar al pueblo, astro prendido
en la sien de los dioses oceánicos
que, al caer, se abismara en el Pacífico.
     Cristo y Jonás, dualismo en la Biblia,
resucitaron al cerrar un triduo...
...quién quita al astro resurgir del fondo
               como Jonás y Cristo?

     Flor de Bohemia, en raptos paradójicos
que atrofian mi organismo lentamente,
aguardo, presidiario de la vida,
la absorción del espíritu, la muerte.
     ¡Ay, cuando dialogando con la sombra,
duerma al azar el arpa del orfebre
y se hunda apagándose en la tierra
               sus ayes para siempre!

     ......................................

     Poetas... ¡reacción! Seres fraternos,
sacerdotes del verbo iconoclasta...
Si es tan hermoso redimir con cruces,
¡cuál será redimir con la palabra!
     ¡Sus! ¡Qué emerja, romántica y morena,
con sus perfiles de Vestal malaya,
cual fénix de las razas orientales,
la patria de Rizal y de Bathala!

1908

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