viernes, julio 18, 2014

La búsqueda de la felicidad

Acabo de cumplir 35 años hoy. Treinta y cinco años en la tierra, pero todavía no he logrado algo grande para mí. Sí, estoy muy celoso de otras personas que ya han logrado algo grande. El hambre de reconocimiento: creo que es la naturaleza humana. Y yo sólo soy humano, jeje...

De todos modos, ya he perdido las ganas de vivir. Esta ha sido mi sentimiento en los últimos meses. Pero esto no quiere decir que estoy planeando un suicidio, que quiero morir una muerte sin sentido. Simplemente estoy harto de la vida, ¡y punto! Pero siento ésto no por mis propias frustraciones personales sino a causa de las negatividades que he estado viendo y oyendo a mi alrededor todos los días. Los asesinatos sin sentido, las guerras, la delincuencia, mis paisanos sajonizados, políticos malos/estúpidos, la corrupción, la contaminación, etc. Todo esto ha hecho mella en mi mente, creando confusión e inquietud.

Recientemente, en los días que rodean mi cumpleaños, ha habido tanta muerte y malas noticias (qué irónico): el Tifón Rammasun (Glenda) y la tragedia de MH17 en Ucrania entre otros.

He estado rezando todos los días por un mundo mejor pero a la larga todos nosotros no vamos a quedar aquí por mucho tiempo. Entonces, ¿por qué prolongar la agonía? Prefiero vivir una vida feliz y eterna en los Cielos en vez de darme dolor con el fin de crear un mejor lugar en la tierra.

Aún así, eso habría sido injusto. Además... ¿ya estoy digno de los Cielos? No creo, todavía no...

Foto cortesía por Catoliscopio.com.

Pero de repente me acordé de Jeremías 29:11:

...porque yo sé muy bien lo que haré por ustedes; les quiero dar paz y no desgracia y un porvenir lleno de esperanza...
Y lo más importante, tengo a mi familia conmigo. =)

Pues, voy a seguir luchando, "en campos de batalla, luchando con delirio", y que tengo que luchar "por un ideal grande", y necesito amar esta lucha "por el puro placer de luchar, no por el triunfo, no por el botín, ni siquiera por la gloria. El premio del esfuerzo es el esfuerzo".

Como un cristiano, esta es la cruz mía — la búsqueda y el logro de la paz eterna, y cómo hacerme digno de esa preciosa paz.

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