martes, marzo 10, 2009

El Hombre de Manila


The Man from Manila ha venido a casa.

Francisco “Francis”Magalona (10/04/64-03/06/09), o más conocido popularmente como Francis M, falleció debido a las complicaciones de lucemia (cáncer de la sangre). Toda la nación lastima.

Francis M es tal vez uno de más grandes artistas en la historia musical de Filipinas. Fue nombrado en honor del San Francisco de Assisi y creció en Mandaluyong, Metro Manila. Es el hijo de los actores famosos Pancho Magalona y Tita Durán; eran matinee idols de la década 50.

Empezó su carrera como un breakdancer durante los años 80. Luego, fue invitado por German Moreno (otro filipino hispanohablante y personalidad de televisión que era un mentor de muchos actores legendarios hoy en día) a juntar el clásico That’s Entertainment. Se convirtió un actor inmediatamente (como sus padres) y tenía un papel en la película legendaria Bagets 2. Después de eso, fue incluido en varias películas y programas de televisión (recientemente en Eat Bulaga).

En 1990, mostró su versatilidad cuando lanzó su primer elepé, YO!, el que fue el primer rap/hip-hop álbum en Filipinas. Pues lo ganó el los títulos Master Rapper y King of Filipino Rap Music. YO! contiene el single MGA KABABAYAN (A Mis Paisanos). Literalmente, ¡se hizo como un himno nacional para la juventud filipina! Aun puedo recordar con claridad aquellos tiempos cuando yo era joven (tenía 11 años). En casi todas las estaciones de la radio y de la televisión y en todos los colegios y partes de Parañaque y Metro Manila (y por supuesto en otras provincias), todo el mundo era cantando MGA KABABAYAN. Las letras de esta canción tagala de rap está llena con mensajes buenos y patrióticos para la juventud filipina, como amar y dar respecto a los padres, la amistad, y el amor y orgullo de ser filipino.

Francis M también colaboró con muchas artistas musicales no sólo con los musiqueros de hip-hop sino con varios otros musiqueros. Trabajó con ellos y hizo canciones con temas patrióticas y buenas. Sus otros canciones también tienen los mismos temas como MAN FROM MANILA, TAYO’Y MGA PINOY, IDOL KO SI RIZAL, ITO ANG GUSTO KO, KALEIDOSCOPE WORLD, y muchos otros.

¡Hasta se consiguió un tatú del sol y las tres estrellas —símbolos de la bandera filipina— en su espalda¡

¿Dónde y/o de quién consiguió o heredió Francis M su nacionalismo y celo de ser filipino así como su amor para las islas Filipinas? No estoy seguro pero su muerte me recuerda de su abuelo, el gran senador Enrique Magalona, un héroe filipino y era un campeón de la lengua española de nuestro país.

Enrique el político es el padre del guapo Pancho el actor. Según el libro LA LITERATURA FILIPINA (y su relación al nacionalismo filipino) del Señor Guillermo Gómez Rivera (él que tenía la oportunidad a conocer Pancho), Enrique era un gran ensayista. Del ensayo “Interrupción de la Fase Formativa y Breve Renacimiento de la Època de Oro Después de la Segunda Guerra Mundial” en el mismo libro, Gómez escribió:

La inquietud de rehabilitar al país moral y económicamente influyó a los políticos filipinos de formación hispánica, tales como a los senadores Enrique Magalona de Negros Occidental, Claro M. Recto de Batangas, los Senadores Vicente Sotto, Mariano Jesús Cuenco y Manuel Briones de Cebú, el Senador José P. Laurel, el Presidente del Senado Eulogio “Amang” Rodríguez, los Senadores Francisco Delgado, Pedro Sabido, José Avelino, Francisco “Soc” Rodrigo y otros, a tomar medidas con miras de contrarrestar la crisis cultural como la confusión de identidad nacional que ya oprimía a la juventud filipina. Esta juventud, en lugar de pensar, actuar, reaccionar y hablar como filipinos, pensaba y vivía como norteamericanos, con los gustos, los vicios y valores de aquéllos a costa de la cultura y de los intereses económicos y políticos de toda Filipinas pero sin los dolores necesarios para vivir como los del “States”. El país aun sufría las destrucciones y las pérdidas en capital activo engendrada por la guerra. La economía nacional estaba literalmente paralizada. Había que emprender grandes obras de infrastructura a fin de rehabilitar al país económicamente. Había que fomentar industrias y productos filipinos entre los mismos filipinos ya habituados a estimar todo lo importado de los Estados Unidos. Filipinas fue dada su “independencia política” por los Estados Unidos para que su rehabilitación, después de la guerra, no corriese a cuenta de los norteamericanos. Mientras los McKinleynianos controlaban casi todos los recursos naturales las industrias de los filipinos, estos no querrían ser responsables de su reconstrucción infrastructural. Ante esta situación casi desesperante, los filipinos vieron la necesidad de recuperar su nacionalismo.

Los arriba citados caudillos del país concluyeron muy acertadamente que la rehabilitación moral del país como su reconstrucción económica e infrastructural no podría llevarse a cabo si antes no se les infundía a las nuevas generaciones con el nacionalismo filipino que les daría la necesitada motivación e inspiración para luchar por la regeneración de su país. Entonces decidieron pasar las Leyes Magalona y Sotto por las que se incluyeron 12 unidades, o cuatro semestres, de español en todos los cursos universitarios y cuatro asignaturas de Español en los “high school” del país. Por encima de las maniobras y protestas que los sectarios McKinleynianos pusieron en contra de estas medidas, la Cámara de Representantes, el Senado, y el Presidente del país, sabiendo que el único instrumento hacia la comprensión y adquisición del nacionalismo filipino es el idioma español, aprobaron con unanimidad estos dos proyectos de leyes presentados por los Senadores Vicente Sotto y Enrique Magalona. En su discurso en favor de su proyecto de ley, el Senador Magalona señaló la existente crisis cultural, es decir espiritual, entre los filipinos ya desfilipinizados por las nuevas influencias. El mismo senador igualmente habló de la necesidad de echar las bases hacia un reencuentro de amor fraternal y de unidad con España y los países iberos de América y África. Los McKinleynianos locales, sumidos en su sectarismo y en su error, no podían ver la verdad de aquellos argumentos que convirtieron en ley el proyecto pro-lengua española del heróico Senador Magalona. Como típicos pobladores de Averno se rasgaban las vestiduras y con la maldad que sólo puede venir de la oscuridad, comenzaron a conspirar en contra de la ley Magalona del español.

Además de Claro M. Recto, Pedro Sabido, Francisco A. Delgado, Mariano Jesús Cuenco, Quintín Paredes, José P. Laurel y José Avelino, el que secundó con verdadera fuerza y tenacidad la medidad pro-lengua española presentada por el Senador Sotto, fue el Senador Manuel C. Briones cuya elocuencia y sapiencia tumbó a todos los protestantes McKinleynianos. El Senador Enrique Magalona por su parte declaró: “Quiero honrar en esta ocasión la memoria de nuestros antepasados, de nuestros héroes y mártires, de nuestros grandes pensadores y estadistas, de nuestros elocuentes oradores, de nuestros inspirados poetas, de nuestros escritores de talle, que utilizaron y utilizan el sonoro y dulce idioma cervantino al abogar por el reconocimiento de los sagrados derechos de nuestro pueblo a ser libre e independiente. ¿No habéis oido hablar, más de una vez, de crisis moral de Filipinas? ¿No habéis oido hablar de una bancarrota de valores espirituales? Hace unos años, el Dr. Bienvenido M. Gonzales había observado que en Filipinas ‘hay muchos intelectuales, pero pocos pensadores.’ Y la observación es rigurosamente exacta. Padecemos la crisis, una crisis de cultura. Y, ¿sabéis por qué? Porque desde más de un cuarto de siglo, nuestra inopia ha dejado que se cerrase una de las puertas por donde hasta en nuestros hogares comunes entraba la cultura europea, por conducto de la lengua española. ¡La clausura de esa puerta es la que ha producido esa crisis que nos aflige a los filipinos pero que no sabemos explicar!”...

...Pero a pesar de tener toda la verdad en su favor, el proyecto de ley Sotto quedo aprobado sin el necesario carácter de obligatoriedad. La enseñanza del español en el “high school” quedó optativa y a discreción de cada principal o dueño de escuela. No en balde, el fracaso de la ley Sotto se trocó en triunfo para la ley Magalona...


¿Posible es que este heroismo o amor de la patria es natural en la sangre Magalona? Es posible.

Las últimas noticias que oí es que el Palacio de Malacañang va a dar un premio o honor para Francis M. Sí, lo merece. Y más.

Declaro que Francis M debe estar galardonado el premio Artista Nacional por la música debido a su patriotismo y nacionalismo, su amor de la patria, su orgullo de ser filipino, y por el ejemplo bueno que le mostró a la juventud filipina.
Y espero que cuando le galardonen a Francis M algún premio en recognición de su herencia y sus méritos, su gran abuelo estará recordado también.

A Francis M, requiescat en pace. Nuestro país perdió un tesoro...

We are all part of this kaleidoscope world.