En la empresa donde trabajo yo (desde diciembre del año pasado), me alegro mucho que tenga muchos compañeros de oficina que hablan este "lenguaje de Dios". Hay más o menos 50 hispanohablantes en nuestra empresa, ambos filipinos y extranjeros (pero hay más filipinos). Tal vez más de 50, diseminados en varios departamentos. Y en los ascensores, los pasillos, en las despensas y comedores, y hasta los servicios de nuestro edificio se oye este lenguaje muy sonoro casi frecuentemente. Y estos compañeros míos que hablan el uno al otro en español son filipinos.
Este "fenómeno" es único no sólo en mi empresa sino en otras empresas de
BPOs que en inglés significa
business process outsourcing o la externalización de procesos de negocios. Por alguna extraña razón, nuestro ser "enanos" en la economía mundial resultó ser una bendición para nosotros — la presencia de las
BPOs es una evidencia (es que para los inversores extranjeros, el el costo de la mano de obra en Filipinas es barato). Y este allanó el camino por el renacimiento del español.
Aunque muchos de las oficinistas en las
BPOs estudiaron namás este lenguaje en varios institutos como el
Instituto Cervantes de Manila y la
Universidad de Filipinas no se puede borrar el hecho de que este lenguaje divino se está hablando
una vez más en nuestro país donde realmente pertenece. Nunca debería haber sido eliminado de nuestro país en el primer lugar.
La nueva generación de filipinos hispanohablantes hoy en día habla español "artificialmente" debido al hecho que muchos de ellos lo aprendieron namás. Hoy en día sólo unos pocos filipinos lo hablan como su lengua materna. Sin embargo, estos hechos no deben quitar esta gran alegría nostálgica de oir de nuevo el lenguaje de nuestros antepasados y héroes.
Algunos sectores podrían dar a las críticas que los filipinos que estudian español hoy en día lo hacen sólo por motivos económicos. ¿Y qué? De todos modos la razón de esto es que las principales empresas en Filipinas, las que pertenecen al sector de las
BPOs como los servicios telefónicos de atención al cliente o
call centers, pagar sueldos más altos a los que hablan español en comparación con aquellos que sólo hablan inglés. Eso no debería ser un problema. Buscar una vida mejor es un derecho y una necesidad. Y es comprensible que muchos de estos filipinos no se preocupan por su pasado hispánico. La discusión de la historia y la cultura de filipinas son por lo general para los sabios, no para las personas ordinarias.
Pero a la larga, pronto entenderán y descubrirán la verdad. Es que la lengua española es como la "pastilla roja" en la película estadounidense
The Matrix. Esta pastilla permitirá a los filipinos a conocer la verdad sobre su pasado y su identidad.
El español en Filipinas en nuestra época está en una situación de ganar-ganar. Verdaderamente, el español está vivito y coleando en estas islas. =)
"No quiero que el español muera en Filipinas", dijo Enrique Zóbel, padre del
Premio Zóbel. No se preocupe, Don Enrique. El español no está muerto. No importa que, NUNCA morirá. Ahora es un renacimiento. Y aun estamos parte del mundo hispánico.
¡FELIZ DÍA DE LA HISPANIDAD! ¡Salud y mar de perlas!