Al principio, mi plan por esta bitácora es para exhibir no sólo el cuento verdadero de Filipinas sino su hermosura a través de mis viajes además de documentar pedazos de mi vida. Es que tengo este sueño de visitar todas las municipalidades y ciudades de mi país antes de morir — debe darse a conocer que la razón de este fervor, o sea intenso amor, para mi patria fue un resultado de mi comprensión de su
historia verdadera gracias a esta lengua. He escrito también unos artículos en defensa de la lengua española en Filipinas así como temas sobre la identidad filipina aunque a veces escribo poemas y otros artículos personales. De todas formas,
ALAS FILIPINAS es mi blog: mi parque de juegos personal, mi diario personal, mi mundo apretado en línea.
Pero mi defensa —el Filipinismo— suplantó mi plan original. Esta defensa es más fuerte, me sentí que es más noble y merece más la pena en comparación de los detalles de la vida de mi familia y yo. No digo que mi familia no es importante. Es nada más una cuestión de tener una defensa como parte de nuestras vidas temporales. Porque una vida sin ninguna defensa es como un árbol sin ramas y hojas.
Ahora este blog tiene siete años de edad. Pero en mi opinión siento que no ha logrado nada significativo, o no ha hecho ningún impacto mayor en absoluto. Ésto me di cuenta hace unas semanas en Mindanáo cuando tuve la rara oportunidad de unirme a un grupo de renombrados blogueros y periodistas de viaje con el fin de promover el ecoturismo del
Valle Alá. Los blogueros que me uní son muy afortunados con sus vidas: son capaces de hacer las cosas que aman (que es viajar) al mismo tiempo ganan ingresos debido a la popularidad de sus bitácoras; tienen un control total sobre su tiempo, y; tienen un gran número de seguidores. ¿Pero mi bitácora? El siguiente emoticono es la respuesta: =(
Y pensar que he estado blogueando mucho antes que la mayoría de ellos que son también más joven que yo.
Dicen que la envidia es un pecado. Lo siento mucho, pero no pude evitarlo. Yo sé que debo ser como ellos. Me merezco su estilo de vida porque mi voluntad es buena: una causa patriótica, la lucha para la Identidad Filipina. Quiero ser un escritor/bloguero de jornada completa. Necesito completas horas de dormir para el bien de la calidad de mis escritos. No como así: despierto durante la noche como un esclavo corporativo y después tratando de mantenerme despierto durante el día para cumplir con mis deberes como esposo, como padre, y como escritor/bloguero. Prefiero perder horas de sueño por leer, investigar, viajar (con mi familia), y escribir en lugar de perdiendo mis talentos para hacer más rica a alguna gran corporación. Pero así es la vida: no es justa.
Necesito ganar extra dinero a través de mis blogs. Lo que mi mujer y yo ganamos de nuestras empresas no es suficiente sobre todo porque tenemos cuatro niños. Y no quiero pedir ayuda de mis padres o parientes; eso no es una buena cosa a hacer, por supuesto. Y ya que me di cuenta que hay muchas oportunidades para ganar dinero asi como obtener reconocimiento a través de blogs de viaje, estaba pensando: tal vez debería cambiar el tema de
ALAS FILIPINAS. Viajar es uno de los motivos originales de este blog de todas formas. Pero eso no significa que voy a tirar mi defensa. Lo que quiero decir es que de ahora en adelante este blog debería dar más énfasis a viajar por el país para promover el turismo.
¿Qué os parece? ¿Es ésta una buena idea? ¿Tenéis alguna sugerencia? ¿O debo empezar a escribir artículos sobre el impacto cultural de Justin Bieber a la comunidad hispana?
|
¿Debo seguir mi corazón y conquistar aquellas montañas?
(una cadena montañosa en algún sitio del barrio encantador de Lamfugón, Lake Sebú, Cotabato del Sur) |
Allí en las frías montañas de Cotabato del Sur, como estaba inhalando el aire fresco de la mañana (y sintiendo triste que esa vacación no va a durar para siempre) y contemplando a los contornos hermosos y verdosos del Lake Seb
ú, sentí una repentina urgencia de volar. Y seguir mis sueños. Y volar como un águila. Porque ALAS es mi apellido.
¿Cambiar o no cambiar?
Ésa es la cuestión.