El origen del famoso CHOCOLATE 'EH'
...El alférez vengaba sus desgracias matrimoniales en su propia persona emborrachándose como una cuba, mandando a sus soldados hacer ejercicios al sol, quedándose él en la sombra, o lo que es más a menudo, sacudiendo a su señora, que, si no era un cordero de Dios para quitar los pecados de nadie, en cambio servía para ahorrarle muchas penas del Purgatorio, si acaso iba allá, lo que ponen en duda las devotas. El y ella, como bromeando, se zurraban de lo lindo y daban espectáculos gratis a los vecinos: concierto vocal e instrumental, a cuatro manos, piano, fuerte, con pedal y todo.
Cada vez que estos escándalos llegaban a oídos del P. Salví, este se sonreía y se persignaba, rezando después un padrenuestro; llamábanle carca, hipócrita, carliston, avaro; el P. Salví se sonreía también y rezaba más. El alférez siempre contaba a los pocos españoles que le visitaban, la anécdota siguiente:
- ¿Va Ud. al convento a visitar al curita Moscamuerta?. ¡Ojo!. Si le ofrece chocolate, ¡lo cual dudo!... pero en fin, si le ofrece, ponga atención. Llama al criado y dice: Fulanito, haz una jícara de chocolate, ¿eh?, entonces quédese sin temor, pero si dice: Fulanito, haz una jícara de chocolate ¿ah?, entonces coja Ud. el sombrero y márchese corriendo.
- ¿Qué? –preguntaba el otro espantado- ¿da jicarazos?. ¡Caramba!.
- ¡Hombre, tanto no!.
-¿Entonces?.
- Chocolate ¿eh? Significa espeso, y chocolate ¿ah?, aguado.
Pero creemos que esto sea calumnia del alférez, pues la misma anécdota se atribuye también a muchos curas. A menos que sea cosa de la Corporación...
--José Rizal,
NOLI ME TANGERE (Capítulo 11: Los Soberanos)--