jueves, septiembre 30, 2010

El Castellano Como Factor De Nuestra Nacionalidad

EL CASTELLANO COMO FACTOR DE NUESTRA NACIONALIDAD
(fragmento)
Claro M. Recto


Cumplió la ley del destino de todos los imperialismos el imperialismo colonial de Carlos V, pero, al ser expulsado de su último reducto en esta parte del globo, nos dejó, en desagravio de pretéritas ofensas, el legado espiritual de su idioma que, purificado de toda escoria materialista en el crisol de la revolución, ha sido desde entonces, como será en lo sucesivo, no ya el paladión de una cultura que, en el curso de los siglos, hizo acopio de las más prodigiosas creaciones del ingenio humano; no ya el símbolo y el recuerdo de aquella cantera espiritual que ha suministrado a las edades el mármol necesario para eternizar lo más grande y elevado en el pensamiento de la Historia; sino un componente inseparable del conjunto de afirmaciones que forman el sistema básico, sustantivo, de nuestra nacionalidad; una de las fuerzas de moderación y resistencia destinadas a condicionarm según el patrón de de un nacionalismo sin tacha la corriente de influencias invasoras que aspiran a deformar en su incontenido avance la fisonomía peculiar de nuestro pueblo.


Foto cortesía de Español

Si nos afanamos, en verdad, por conservarlo, no es por diletantismo intelectual, ni por brindar finezas a la antigua metrópoli, ni por motivaciones sentimentales —amores que vuelven, según Bernabé—, sino por egoísmo nacional, por imperativos del patriotismo, porque consideramos el castellano como cosa nuestra, propia, desde que dejó ondear, ¡oh, paradojas del vivir!, en nuestro cielo la enseña de los Conquistadores, como una tradición que si tiene raíces en los siglos de nuestra Historia las tiene también en las entrañas de nuestra alma, como un sentimiento querido que si se nos arrancara sería haciéndonos sangre el corazón.

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Este fragmento de un discurso del difunto nacionalista senador Claro M. Recto (sobre la importancia del idioma castellano a la identidad filipina) fue pronunciado en la Universidad de Filipinas en 1929.

5 comentarios:

Anónimo dijo...

Claro M. Recto, demuestra una gran cultura, el conocimiento del español como un valor en la sociedad es algo que dejó escapar o bien los políticos o la sociedad filipina.
Además es tambien, especialmente en Filipinas, guardian de la sabiduría histórica, de viejas leyendas, cuentos y registros que se hayan olvidados e inaccesibles por desconocimiento en archivos y bibliotecas, esperando a que la sociedad filipina recobre el conocimiento y haga trabajar a los vetustos archiveros, que parecen más que personas ya parte del mobiliario olvidado e inmovilizado.

Anónimo dijo...

Ojalá Filipinas se reencuentre algún día con la cultura española.

Anónimo dijo...

Si el uso del castellano ha retrocedido en Filipinas, España ha dejado una herencia mejor que cuarenta años de ocupación yanqui no han conseguido borrar: las mestizas hispano-filipinas, poco abundantes pero por eso más valiosas.

¡Bellísimas!

Anónimo dijo...

En el Puerto Rico ocupado los yanquis intentaron hacer con el castellano lo mismo que en Filipinas. Tuvieron que tirar la toalla. El país estaba fuertemente hispanizado y sus planes fracasaron.

Anónimo dijo...

Claro Recto fue un gran patriota filipino hasta que los yankis lo asesinaron (envenenado durante su viaje a España). Lastima que sus descendientes no conserven sus mismas ideas y se hayan "vendido" al poder yanki.